Durante su declaración como procesado en el juicio del caso Malaya contra la corrupción, Muñoz aseguró que nunca pensó que estuviera “haciendo nada ilegal”, y recordó que el concejal de Urbanismo era el propio alcalde, Jesús Gil, quien “negociaba directamente” con las partes los convenios.
Muñoz, que se enfrenta a una petición fiscal de 10 años de prisión en esta causa, no recuerda si en la fecha en la que firmó un convenio urbanístico que se investiga (2001) ya había otros procesos judiciales en marcha por cuestiones urbanísticas, pero manifestó que lo ha “sufrido en sus carnes” y se ha “comido tres años”, en referencia al tiempo que ha estado encarcelado.
“En Marbella no se daba un paso sin que Gil no tuviera conocimiento de ello y diera su autorización”, aseveró Muñoz, quien cree que no podía exigirle nada porque era el alcalde.
Sobre el presunto cerebro de la trama de corrupción, Juan Antonio Roca, Muñoz declaró que “tenía poco que ver” en Urbanismo, y aludió a la distancia física que existía entre las dependencias municipales.
Precisamente este miércoles concluyó la declaración de Roca en este bloque del juicio, en el que se aborda la operación urbanística Crucero Banús, y el ex asesor urbanístico recalcó que no tenía control sobre los funcionarios municipales.
Roca cifró su patrimonio en 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros) antes de trabajar en el Ayuntamiento de Marbella en la revisión del plan de ordenación urbana (PGOU) de la ciudad.
A preguntas de su defensa, aseguró que cuando comenzó a trabajar como gerente de Planeamientos 2000, en 1992, ya tenía cierto patrimonio, superior a los 650 millones de pesetas que “ha podido demostrar” la Policía en sus informes.
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