Tiene solo 21 años, pero la depresión no entiende de edades. La barreña Marina Rubio ha publicado su primer libro, '¡Esta guerra la ganaré yo!', que en cada uno de sus capítulos y más de 100 páginas recopila textos que escribió durante más de un año como una suerte de libro de autoayuda mientras luchaba contra esta enfermedad que se genera en la mente pero que afecta a todo el cuerpo y a cualquier persona.
Para ella todo comenzó con la agorafobia, el miedo a salir a la calle. Ella desconocía lo que padecía, y el propio tiempo hizo que fuera entrando en un bucle del que ahora intenta salir con la ayuda de su familia y de un psicólogo. Relatos, vivencias y pensamientos forman su primer libro, que espera sirva a la gente que sufre depresión, una enfermedad muy marcada por los tabúes que aún hoy existen en la sociedad con la salud mental.
"Me pasaba todo el día en la cama, lo perdí todo", recuerda Marina de la peor estaba de la enfermedad, antes de comenzar su tratamiento psicológico que, poco a poco y paso a paso, la ayuda a salir y poder relacionarse incluso con personas que no son conocidas. Por el camino hasta ahora, hubo recaídas, pequeños avances, aunque antes de todo, cuando se encontraba sola frente a la depresión, incluso hubo varios intentos de suicidio. "Si no hubiera pedido ayuda, ahora mismo no estaría aquí", confiesa emocionada en una entrevista al programa 'La comarca de cerca' de 7TV Campo de Gibraltar que se emitirá próximamente.
La idea del libro, además de los propios relatos, vino en contraposición a los tradicionales libros de autoayuda, su primer recurso que no sirvió de mucho. "Entonces decidí hacer el mío", explica. Aunque hace poco que salió a la venta a través de Internet, asegura que ya varias personas le han dado las gracias por la ayuda que les ha supuesto el paso y la visibilidad que da a la depresión.
Como muestra de hasta dónde se puede llegar con ayuda profesional, uno de los capítulos, el segundo de ellos, está dedicado a la Marina de hace unos años. En él, se dirige a ella demostrándole que se puede salir, que es un camino arduo, largo y con muchos altibajos, pero que se puede avanzar y dar pasos adelante. Todo ello acompañado de dos palabras a priori con poca fuerza pero mucho sentimiento como muestra del trayecto hasta ahora: "hazme caso".
Marina aún no ha concluido su camino, sino que sigue recorriéndolo poco a poco para curarse con el acompañamiento de sus seres queridos y su psicólogo. Ella tardó en recurrir a un profesional, lo que hace que su lucha sea más larga, pero no imposible, porque nunca es tarde para pedir ayuda.
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