"Viajo como peregrino que recorre las vías del mundo con esperanza y sencillez. Voy como testigo de Cristo Resucitado, con el deseo de llevar a todos su Palabra, en la que pueden encontrar luz para vivir con dignidad y esperanza para construir un mundo mejor", manifestó Benedicto XVI en la vigilia del que será su segundo viaje a España.
Como hace cada vez que emprende un viaje, el Pontífice ha pedido a los fieles que le acompañen con sus oraciones durante el mismo.
El papa Ratzinger, que lleva la concha del peregrino en su escudo papal, viaja a Santiago de Compostela como un peregrino más y como tal se postrará a los pies del Señor Santiago, el apóstol Santiago el Mayor, uno de los discípulos de Jesús, cuya estatua abrazará y rezará ante la urna que contiene sus restos, según la tradición católica.
Como la visita se produce en el Año Santo Jacobeo, el Pontífice atravesará también la Puerta Santa.
El Papa Ratzinger viaja "muy contento" y el Vaticano está convencido de que la visita "será un éxito y la acogida, óptima", según dijo a Efe el portavoz vaticano, Federico Lombardi.
Benedicto XVI considera Santiago una meta, un punto de referencia de la tradición cristiana de Europa, de la gran espiritualidad europea.
El Papa, que nunca ha estado en Santiago, peregrina a la ciudad gallega en medio de un escenario de "crisis económica, ética y moral", ha afirmado el arzobispo de la ciudad compostelana, Julián Barrio.
Si el motivo de la visita a Santiago es el camino y las raíces cristianas de Europa, en Barcelona subrayará, al consagrar el templo de la Sagrada Familia, el diálogo entre arte y fe.
El Papa, que ha denunciado en numerosas ocasiones la decadente calidad arquitectónica y artística de muchas iglesias, ha calificado al templo catalán como "maravilloso".
Dado que el templo -que será elevado a la categoría de basílica- está dedicado a la familia, cuya defensa es uno de los puntos cardinales del papado Ratzinger, es posible que el Papa haga un fuerte llamamiento en defensa de la que considera célula básica de la sociedad.
El Pontífice será recibido en Santiago de Compostela por los príncipes de Asturias y en Barcelona por los Reyes.
Antes de regresar a Roma se entrevistará en el aeropuerto barcelonés con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien ya se vio el pasado mes de junio en el Vaticano.
En Santiago saludará el líder del primer partido de la oposición, el PP, Mariano Rajoy.
Las relaciones entre España y la Santa Sede atraviesan una etapa apacible, tras los momentos de fricción por las leyes aprobadas por el gobierno socialista como el matrimonio entre homosexuales, el divorcio rápido, la reforma de la ley del aborto, entre otras.
Según Lombardi son "serenas y positivas". El Gobierno las considera "buenas y respetuosas".
El viaje también se realiza en medio de algunas críticas surgidas sobre los costes de la visita.
La etapa de Santiago costará tres millones de euros, la mitad para la transmisión televisiva, y la de Barcelona un millón de euros, según las autoridades de la dos regiones autónomas, que aseguran que los beneficios serán mayores. Este es el segundo viaje del Papa Ratzinger a España, tras el realizado en julio de 2006, cuando acudió a Valencia para clausurar el V Encuentro Mundial de la Familia.
Benedicto XVI tiene previsto volver a España el año que viene, para presidir en Madrid la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará del 16 al 21 de agosto.
Los católicos en España representan el 92,5 por ciento de la población, según datos del Vaticano, aunque según los del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), son el 75 por ciento.
Según el último parte del servicio meteorológico de Galicia, no está previsto que llueva durante la estancia de Benedicto XVI en Santiago, aunque no se descarta la posibilidad de precipitaciones en el último tramo de la visita, que en todo caso serían muy débiles.
el papa en barcelona
A pocas horas de la llegada del papa a Barcelona la actividad en los alrededores de la Sagrada Familia es frenética y los nervios de última hora se palpaban entre los operarios que colocan sillas, los técnicos que tiran cables y los agentes de la guardia urbana que informan de las restricciones de tráfico.
"Más deprisa", gritaba el responsable a un grupo de operarios que descargan sillas de un toro y las colocan frente a una de las pantallas gigantes que retransmitirán en directo la misa que oficiará el papa.
Según el Arzobispado, hoy estarán colocadas las 36.000 sillas y funcionarán perfectamente las 22 pantallas previstas en los alrededores del templo, así como las 45 que colocadas en el interior.
"Faltan 30 horas para que el papa aterrice en Barcelona y todavía no llega la corriente eléctrica a la tribuna de prensa que hay frente a la fachada del Nacimiento", recriminó uno de los 2.300 periodistas acreditados al responsable de prensa del arzobispado, que le ha respondido que "todo estará a listo para cuando llegue el papa".
La fachada del Nacimiento es donde los nervios están más a flor de piel, ya que las restricciones de tráfico y las tarimas habilitadas para la prensa sólo permiten el paso de los coches por un carril y de los turistas por un pequeño pasillo.
"Esto siempre está a tope de turistas y autocares, pero ahora es un hervidero de periodistas”.
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