Como ha explicado su padre Patrick Lovato, la causa del ingreso de Demi ha sido la presión ejercida por su trabajo como chica Disney, que poco a poco ha ido minando su estado físico y mental hasta obligarla a buscar ayuda profesional.
La joven llevaba años y años soportando esa situación, y parecía que iba a conseguir soportarla y salir adelante. Pero hubo un hecho clave que le hizo estallar y darse cuenta de que necesitaba tratamiento: una pelea con uno de sus bailarines.
Demi suele "invitar a la banda, los bailarines y sus padres" a cenar la mayoría de las noches, para comentar la jornada y tener un momento de relax juntos. Pero hace unos días la cena se prolongó un poco más y la artista "se escabulló con un pequeño grupo de gente".
Alguien filtró que se habían ido de fiesta, una conducta en principio no aprobada por los responsables de la gira, que reunieron al grupo para reprocharles su conducta. "Demi reaccionó muy mal y pensó que alguien se había chivado de ella", afirman fuentes de la revista People.
Mientras volaban hacia su siguiente destino, Demi se enfrentó a uno de los bailarines, al que acusó de chivato. "Hubo un corto altercado físico" provocado "por una de las partes", que hizo que la joven se sintiera "fatal por su comportamiento".
A raíz de lo ocurrido, la protagonista de Programa de protección de princesas se dio cuenta de que debía "responsabilizarse y buscar ayuda inmediata". Eso sí, la fuente deja claro que sus problemas "físicos y emocionales" no tienen nada que ver con las drogas: "No está en un centro de desintoxicación".
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