La mitad de la población en la Franja de Gaza se está muriendo de hambre y nueve de cada diez personas no están comiendo lo suficiente, avisó este jueves el subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), Carl Skau.
En una rueda de prensa en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, Skau, que visitó el enclave palestino durante el fin de semana para conocer de primera mano la situación sobre el terreno, dibujó un panorama desolador para los cientos de miles de desplazados por la ofensiva israelí.
"Lo que ves es que hay miedo, lo ves en los ojos de la gente y lo escuchas cuando hablas con ellos: muchas preguntas, mucha confusión sobre lo que va a suceder a continuación", relató.
Los refugios de la ONU en el sur del enclave ya están desbordados, por lo que mucha gente ha acabado por montar tiendas de campaña en sus alrededores, mientras otros huyen con todas sus posesiones en el techo del vehículo, sin tener claro a dónde ir.
La situación es igualmente desesperada para los trabajadores del PMA, muchos de los cuales han tenido que dejar sus hogares y huir varias veces desde que comenzó la guerra, y ahora viven en los refugios, tratando de distribuir la poca ayuda que reciben mientras sus hijos se preguntan si volverán con vida.
Skau detalló que durante los siete días de tregua humanitaria que vivió el enclave a finales de noviembre, la agencia logró repartir trigo, aceite, atún, judías y otros alimentos a unas 250.000 personas.
"Durante la pausa de siete días demostramos que somos capaces de cumplir, y de hacerlo de forma ordenada", dijo el diplomático sueco, que reiteró su llamamiento a un alto el fuego en el enclave y dijo que, como mínimo, hace falta que se abran nuevos pasos hacia la Franja, más allá del de Rafah (el único que no controla Israel).
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