El uso del móvil por parte de los menores puede tener ventajas y desventajas, pero también implica riesgos y responsabilidades. Uno de estos riesgos es el acceso a contenidos pornográficos, que pueden afectar al desarrollo psicológico, emocional y sexual de los menores. Son cada vez más las voces autorizadas que vinculan el visionado del porno por parte de menores y el incremento en los delitos sexuales. Hace dos semanas, la Fiscalía Superior de Andalucía advertía en su última memoria del aumento de delitos contra la libertad e indemnidad sexual entre los menores, lo que atribuye al consumo "excesivo" de pornografía a través de páginas web o redes sociales.
Según un estudio del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), el 98% de los niños y niñas de entre 10 y 15 años utilizan Internet de manera habitual, y el 70% tienen un teléfono móvil. Estos dispositivos les permiten acceder a información, educación, entretenimiento y comunicación, pero también les exponen a contenidos inapropiados, como la pornografía. El estudio revela que el 40% de los menores han visto imágenes o vídeos de sexo explícito en Internet, y que el 20% lo han hecho en el último mes. El estudio también muestra que el 60% de los menores acceden a Internet desde su propio móvil, y que el 30% lo hacen sin ningún tipo de control parental.
Y es que al menos uno de cada cuatro niños de entre 10 y 14 años han visto porno en Internet, y el 70% lo han hecho desde un móvil. Según una encuesta realizada por la empresa Qustodio, el 40% de los menores que han visto porno lo han hecho por curiosidad, el 30% por presión social y el 20% por imitación. La encuesta también indica que el 80% de los menores que han visto porno lo han hecho solos, y que el 60% no han hablado con nadie sobre ello. La encuesta advierte que el consumo de porno por parte de los menores puede generar falsas expectativas, frustraciones, inseguridades o problemas de autoestima.
CONSECUENCIAS NEGATIVAS
El consumo de porno por parte de los menores puede tener consecuencias negativas, como la distorsión de la realidad, la desinformación, la cosificación, la violencia, la adicción o la pérdida de autoestima. Un estudio recogido por El País recomienda a los padres que eduquen a sus hijos sobre sexualidad, que establezcan normas y límites sobre el uso del móvil y que utilicen herramientas de control parental. El artículo también sugiere a los padres que dialoguen con sus hijos sobre lo que ven en Internet, que les expliquen la diferencia entre la ficción y la realidad, que les transmitan valores como el respeto, la igualdad y la diversidad, y que les ayuden a desarrollar su pensamiento crítico.
Según otro artículo publicado en Business Insider, el mal uso del teléfono móvil por parte de los adolescentes puede provocar problemas como el ciberacoso, el sexting, el grooming o la exposición a contenidos pornográficos. El artículo aconseja a los padres que dialoguen con sus hijos, que supervisen su actividad online y que les enseñen a proteger su privacidad e identidad. También se propone a los padres que establezcan horarios y zonas para el uso del móvil, que limiten el acceso a ciertas aplicaciones o páginas web, y que instalen programas o aplicaciones de control parental.
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