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Sociedad

Susana de la Puente: “La colaboración es clave en el ecosistema start-ups de Israel”

“La colaboración entre la universidad, la industria, el ejército es clave en el ecosistema start-ups de Israel”

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  • Susana de la Puente.

 Susana de la Puente, reconocida banquera en inversión privada, se ha convertido en una activa participante del ecosistema de las start-ups. Actualmente, reside en Londres y está enfocada en la identificación y financiamiento de proyectos de la “nueva economía”. En esta entrevista nos habla de uno de los ecosistemas más pujantes del mundo.

¿Cómo ve actualmente el modelo israelí Sra De la Puente?

Está en un momento de gran vigor y expansión. A pesar de los desafíos económicos y sanitarios que ha planteado la pandemia del COVID-19, las empresas emergentes israelíes han seguido prosperando, expandiéndose y atrayendo a grandes inversores internacionales. Además, el Gobierno ha mantenido su fuerte compromiso en la promoción y apoyo a las start-ups. Ha tomado una serie de medidas que han incentivado la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías en todos los sectores, sobre todo, en defensa y comunicación.

Desde el gobierno, hay mucho énfasis en la promoción de una cultura emprendedora a través de la educación temprana y permanente. Todo esto ha propiciado un entorno muy favorable para el éxito empresarial en diversas disciplinas, lo cual ha atraído capital importante tanto del Gobierno como del sector privado. Su ecosistema es uno de los más potentes y dinámicos del mundo. Están muy bien posicionados para seguir siendo un actor de liderazgo e innovación en la escena global de la tecnología.

¿Considera a Israel un mercado atractivo para los inversores?

Totalmente. Siempre lo ha sido y continúa siéndolo. Varias de las empresas unicornio (valorización bursátil de más de un billón de dólares) han salido de Israel, el país con mayor concentración de emprendedores tecnológicos del mundo. Muchos proyectos que hoy en día son exitosos en otros países nacieron gracias a la tecnología israelí. Ocurre algo similar con la innovación y liderazgo que posee Israel en tecnología agrícola.

El número de nuevas empresas de base tecnológica que se crean anualmente en Israel es uno de los más elevados el mundo. Un dato muy significativo teniendo en cuenta que Israel es un país pequeño. Asimismo, las empresas israelís con más experiencia están entre las más exitosas y generan enormes beneficios. Su cultura empresarial y el apoyo del Gobierno fomentan la creatividad y la toma de riesgos, lo que es de gran interés para los inversores que buscan oportunidades con alto potencial de crecimiento y mayor riesgo (“growth investors”).

¿Cuál cree que es el factor clave para el éxito de las start-ups en Israel?

Se debe a la combinación de varios aspectos. Uno de ellos es la inversión tanto pública como privada en investigación y desarrollo. Basta recordar que el gobierno creó su propia firma de capital riesgo, Yozma Group, para atraer a inversores extranjeros y promover la competencia entre las start-ups tecnológicas del país. Otra cuestión fundamental es su cultura basada en la disciplina, el emprendimiento y la falta de miedo al fracaso.

Por último, la identificación y el desarrollo del talento joven. En este sentido, el servicio militar obligatorio juega un papel muy importante porque la formación no es solo militar, sino también en otras disciplinas. Poseen unidades de élite con las que adquieren contacto directo con tecnologías de vanguardia, y se enfrentan a problemas reales y complejos.

Según su experiencia doña Suana ¿Cómo funciona el modelo de financiación de start-ups en Israel?

Su modelo de negocio se sustenta en diferentes fuentes de financiación. Una de las principales son los inversores privados, conocidos como business angels, quienes aportan capital propio a cambio de participación accionaria en las empresas emergentes. Israel también cuenta con una sólida industria de capital riesgo, donde las firmas invierten en etapas tempranas de desarrollo de las start-ups, a las que les brindan financiación y experiencia a los emprendedores.

Por último, el Estado ha establecido programas de apoyo financiero y recursos para impulsar su desarrollo. Asimismo, las colaboraciones estratégicas con empresas establecidas también desempeñan un papel clave al permitir a las start-ups acceder a capital adicional, recursos complementarios y oportunidades de crecimiento.

 ¿Qué ventajas y desventajas cree usted Susana que tiene este modelo de financiación?

Por una parte, su vibrante ecosistema que atrae a innovadores, creadores y emprendedores, y que genera un flujo constante de “oportunidades”’ para los inversores de capital de riesgo. Por otro lado, los incentivos aumentan la disponibilidad de capital para financiar las distintas etapas del ecosistema. Asimismo, el enfoque casi religioso en la tecnología y la innovación impulsa la toma de riesgo y, como consecuencia, el desarrollo de start-ups en sectores claves para Israel. Un país pequeño, pero con un gran poder y liderazgo en casi todos los ámbitos.

Como desafíos, podemos mencionar el tamaño limitado del mercado local, lo que obliga a las compañías a salir al extranjero. Esto supone una serie de riesgos y retos distintos a los de una empresa puramente nacional. También existe una fuerte competencia, la cual crea dinamismo y mejores prácticas empresariales, pero también aumenta las posibilidades de fracaso individual y la consecuente pérdida de motivación y de capital. No obstante, es parte del esquema de inversión: financiar varios proyectos aun sabiendo que solo unos cuantos serán exitosos, mientras que los demás desaparecerán.

Además, las empresas y los emprendedores israelíes son altamente solicitados para establecer colaboraciones estratégicas con empresas consolidadas en busca de innovación, desarrollo de nuevos productos, adopción de nuevas tecnologías y expansión hacia nuevos mercados.

¿Cómo ha influido el Gobierno de Israel en el desarrollo del ecosistema de start-ups?

Ha contribuido significativamente a través de la elaboración e implementación de políticas y programas destinados a fomentar el emprendimiento y la creatividad. Por ejemplo, han establecido la Autoridad de Renovación de Israel, que proporciona recursos económicos y apoyo a empresas emergentes en etapas iniciales.

También han impulsado la colaboración entre el sector académico, la industria y el Gobierno para fortalecer la investigación y el desarrollo tecnológico. Y creado incentivos fiscales y regulaciones favorables para facilitar la creación y el auge de empresas innovadoras. En resumen, Israel ha reconocido la importancia del sector de start-ups como motor de crecimiento económico y ha tomado medidas significativas para potenciar su proliferación.

¿Qué cree que otros países podrían aprender del modelo de start-ups de Israel?

Muchísimo. En primer lugar, la inversión en I+D+i, que ha demostrado ser fundamental en el desarrollo de tecnologías disruptivas. Luego, la colaboración estratégica entre el sector académico, la industria, el ejército y la administración. La sinergia y buena comunicación entre estos ámbitos fomenta la transferencia de conocimientos, la movilización de capital y la financiación conjunta a través de planes de apoyo. Y, finalmente, el fomento de un entorno en el que se valore el espíritu empresarial, la creatividad y la disposición a asumir riesgos.

Además de Israel, Susana a¿destacaría algún otro país por su mercado de start-ups?

Sí, sin duda. Estados Unidos, por ejemplo, es reconocido a nivel mundial por su destacado papel en el ámbito de las start-ups. Junto con India, se encuentra entre los países líderes en número de start-ups. Sin embargo, Estados Unidos destaca notablemente en el flujo de capitales hacia este sector. Cuenta con una amplia cantidad de empresas de gestión de capital privado ("private equity funds") que recaudan billones de dólares para invertir en start-ups, además de poseer el mercado de capitales más grande del mundo.

Existen, asimismo, países europeos como Reino Unido y Alemania que han logrado imponerse como importantes hubs de start-ups en el continente. China, Japón y Singapur también tienen una gran presencia en el sector. En Latinoamérica, Chile y México se posicionan a la vanguardia.

En definitiva, el éxito de las start-ups no se circunscribe a una única nación o área geográfica, sino que trasciende fronteras, estableciendo un intercambio y flujo global de negocios y capitales. El talento y la innovación, imperecederos en su esencia, no conocen límites, y continuaremos presenciando una constante evolución y crecimiento acelerado en este ámbito. 

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