De los más de 52 millones de turistas que visitaron España en 2009, 32 millones tenían “alguna motivación cultural” y de ellos 7,5 millones tenían ese como principal objetivo, “generando ingresos de más de 6.000 millones de euros”, según explicó ayer al término del Consejo de Ministros la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
“Este importante impacto de nuestro patrimonio sobre el sector turístico”, subrayó de la Vega, es “muy bueno pero siempre se puede mejorar”.
Por ello, y tal como se aprobó en el Consejo de Ministros del 1 de junio, recordó que se pondrá en marcha el Plan de Promoción Internacional del Turismo Cultural 2010-2012, un “importante conjunto de medidas” para promocionar la oferta museística y de artes escénicas, así como los destinos y productos turísticos situados en torno a las grandes rutas culturales.
España, según la referencia del Consejo de Ministros, es un destino turístico “consolidado especialmente en Europa”, pero su condición “de potencia cultural histórica” permite “intentar la generación de una nueva demanda” en países “tan alejados” como China, India o Brasil. Se trata, añadió, de "mercados emergentes con una creciente clase media" que está iniciando sus viajes a Europa gracias a la popularización de los circuitos culturales.
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