Cuenta Ortega que, como pequeño productor pero con espíritu emprendedor, ya se le ocurrió probar en 1994 exportar aceite a Inglaterra pero todo era carísimo, “media hora de conversación era casi el sueldo de un mes”, recuerda. Pero la idea seguía en su cabeza. Con la extensión de internet, se abren otras vías de negocio y él ya es experto a través de Íttakus Comunicación, editoriales y varios medios de comunicación digitales, todo a través de la red. Se trata de aplicar su experiencia al aceite.
Seguía siendo pequeño productor y seguía con la idea clarísima de que era capaz de sacar su propia marca y comercializar sus cinco mil litros sin ningún intermediario, sin contaminación, olvidándose del granel, pasando de esas seis u ocho grandes distribuidoras que hacen inviable cualquier explotación oleícola. Su sorpresa fue cuando fue a contárselo a la cooperativa de la que es socio en Peal del Becerro, Nuestra Señora de la Encarnación, y no sólo entiende su idea, sino que la comparten plenamente. “El segundo paso fue fácil”, relata Ortega al hablar de cómo el gerente de la cooperativa, Antonio Torrecillas, le dio su apoyo y comenzaron a trabajar en las tres marcas iniciales (ahora son cuatro) y la imagen corporativa de la plataforma Iloveaceite.com.
La repercusión en los medios ha sido enorme, en parte porque desde que en febrero se abriera el portal el bilingüismo ha sido una de sus bazas (español e inglés) y porque Ortega ha aplicado toda su experiencia en comunicación al portal, hasta el punto de que incluso se ofrece todo en griego, un mercado importantísimo, no sólo por el consumo, sino por la especialización de sus operadores. El producto lo vale, aceite de oliva virgen extra con denominación de origen, sin intermediarios que bajen la calidad del oro líquido.
“Estamos vendiendo más litros de los que nos creíamos”, reconoce Ortega al relatar que tienen pedidos de todas las comunidades autónomas, hay un distribuidor en Canarias interesado en comercializar la marca y ya han mandado botellas a EEUU, República Checa y Polonia. Este país es estratégico para Iloveaceite.com, porque socialmente es muy parecido a España, porque es puerta para el mercado ruso y porque su economía es muy solvente, “desgraciadamente, al contrario que aquí”, dice.
Aunque Gran Bretaña “por motivos emocionales” es otro de los objetivos, la obsesión de Ortega es Estados Unidos: “el idioma no es problema, es un país enorme, con un potencial increíble, donde las cosas funcionan bien y no tienen la corrupción del sistema de Europa y España”. Se refiere a las injerencias de terceros en la economía, a la contaminación de los negocios, a que el campo siga subyugado al oligopolio de las distribuidoras y a una Administración siempre presente. “Dejar hacer y dejar pasar”, eso piensa Ortega que debe hacer la Administración, que debe estar muy separada de los negocios, aunque tiene claro que hay que utilizar aquellos instrumentos que son interesantes y que pueden funcionar bien, como Extenda o ICEX, para salir al exterior, internacionalizar el negocio.
Producto de calidad y rentable
Iloveaceite.com parte de una idea básica: el aceite de oliva virgen extra con denominación de origen de Peal del Becerro, siempre bajo la sombra de Cazorla y con una producción abocada casi inevitablemente al granel, es un producto de calidad que tiene su valor en sí mismo y desde el principio. Ese es el negocio y el futuro, pero hay que hacerlo dando a conocer y difundiendo la cultura común del olivo, todo lo que rodea desde años ancestrales al aceite de oliva.
Por eso Iloveaceite.com no sólo comercializa aceite, sino que también organiza catas, charlas sobre el arte de freir e incluso eventos tan singulares como el marinaje del aceite y la moda: una cata específica para la Asociación de Mujeres Americanas en la Embajada de EEUU en Madrid unida a un desfile de una marca muy exclusiva que realiza bolsos a partir de capotes de torero. “Es un producto serio y de calidad, no sólo hay que conocerlo a través de la gastronomía, hay sectores en los que jamás se ha visto y hay que darle entrada”, comenta Fernando Ortega.
Con la que está cayendo, este empresario tiene claro que el agricultor no se puede quedar llorando por la lluvia o pidiendo activar el almacenamiento privado, hay que olvidarse de la administración y abrir nuevas vías de negocio, tener una estrategia empresarial “clarísima” y profesionalizar las cooperativas, algunas instaladas aún en el siglo XIX, porque el producto vale, el aceite se puede vender a precios muy dignos si se comercializa directamente.
“Mi precio es de 2 euros el medio litro pero si no hay intermediarios, venda poco o mucho, todo lo que obtengo es beneficio y el negocio lo controlas tú”. En su caso, tiene claro que la propia denominación de origen del aceite -variedades picual y royal, ambas propias de la zona de Peal del Becerro- es un elemento diferenciador y que sólo había que aplicar una mentalidad moderna a una cooperativa que no había enviado ni un sólo litro de aceite fuera de la Península Ibérica.
Eso sí, Ortega está dedicado plenamente al proyecto, lleva muchos meses investigando y desarrollando el productos, participando en multitud de actos y eventos. Tiene claro que el aceite es rentable, que hay que huir del granel y usar las nuevas herramientas tecnológicas para superar los intermediarios. Desde el principio al fin, desde que se recoge la aceituna hasta que llega al cliente en Estados Unidos, todo pasa por Iloveaceite.com. Les va bien. Quizás sea el camino para otros.
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