Nacido en 1943 en la localidad de Mengíbar (Jaén), Criado amplió con sus creaciones los límites de realización de la obra artística, compuso un extenso universo poético y contribuyó a un pensamiento estético inédito.
El artista fallecido fue galardonado el pasado año con el Premio Nacional de Artes Plásticas, que concede el Ministerio de Cultura español, y recibió un año antes la Medalla de Oro de Bellas Artes.
Tras la concesión del Premio Nacional, Criado declaró a Efe que ese galardón se debía a “a cantidad de años de trabajo” y al “mucho esfuerzo” dedicado a su obra, más que a su papel como introductor del arte conceptual en España.
Además, rehusó declararse un artista pionero, ya que sus trabajos, “complejos y difíciles” en su opinión, pudieron “evolucionar” a partir de obras de la tradición europea, en la que incluía a Jorge Oteiza, Eduardo Chillida y Julio González.
Lo importante en la creación, según Criado, es “considerar la individualidad del artista para realizar un trabajo diferente al de los demás, no por lo original, sino por la conciencia, que ya de por sí es diferente”.
“El arte es poder hacer realmente aquello que por su propia complejidad va más allá del comportamiento y las explicaciones lógicas.
El arte permite que el mundo y las ideas se redefinan constantemente”, opinaba. Dentro del minimalismo, Nacho Criado trabajó la madera y el hierro, y en los años setenta exploró el Land Art y el arte conceptual.
En sus inicios, a mediados de los años 60, se preocupó por el reduccionismo formal y el comportamiento del material, así como de aspectos procesales y espaciales.
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