Mientras la ciudad de Río y su área metropolitana intentan volver a la normalidad tras el caos vivido el martes, cuando quedó paralizada por un aguacero de más de 24 horas de duración, los bomberos y otros socorristas escarban en la tierra desprendida de las colinas en busca de los desaparecidos en las avalanchas.
La ciudad más afectada por la catástrofe fue Niteroi, situada frente a Río de Janeiro, en la boca de la Bahía de Guanabara, y donde el número de muertos aumentó ayer a 54, según datos oficiales.
En la propia Río se registraron 43 muertes, otras 12 en la vecina Sao Gonzalo y las cuatro restantes en Nilópolis, Paulo de Frontin, Magé y Petrópolis.
El alcalde de Niteroi, Jorge Roberto da Silveira, que declaró el estado de calamidad pública y luto oficial de una semana, calcula que la municipalidad necesitará unos 15 millones de reales (más de 6 millones de euros) para reubicar a las 2.025 personas que perdieron sus viviendas.
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