Así se desprende de la declaración prestada ayer ante la jueza que investiga el robo por parte del jefe de la unidad de Asuntos Internos de la Policía, quien también ha desvelado que los ladrones se llevaron los alijos de mayor pureza, por lo que también debieron tener acceso a las analíticas que se guardaban en la Comisaría.
Fuentes del caso informaron a Efe de que el jefe de Asuntos Internos que investigó el robo dijo a la jueza de instrucción 19 que la sustracción era conocida desde antes de que se diese la alarma por el jefe de la Udyco en Sevilla y dos adjuntos, que supieron por un confidente que parte de los alijos que almacenaban eran en realidad yeso y harina.
La investigación se inició en mayo de 2008 y hasta septiembre de 2009 no fue detenido el ex agente de la Udyco Lars S. M, su esposa y los dos cómplices que presuntamente pusieron la droga en el mercado.
Según el investigador policial, aunque desde el principio sospecharon de Lars y de su cómplice, la tardanza en detenerlos se debió a la necesidad de conseguir pruebas.
Explicó que desde el comienzo sospecharon que el ladrón debía pertenecer a la Udyco porque eran los únicos agentes con acceso a las tres llaves que abrían el almacén de la droga, que permanecían custodiadas en la mesa de trabajo del jefe de la Udyco.
Una de dichas llaves, además, era difícil de copiar y habría sido necesario más de un día para hacerlo, precisó.
Los ladrones de 150 kilos de cocaína y heroína se llevaron los alijos de mayor pureza, por lo que los investigadores sospechan que además consultaron los resultados de las analíticas que se conservaban en las propias dependencias policiales.
El jefe policial declaró que cualquier agente destinado en la Jefatura sevillana tenía acceso a dichos informes, pese a que anteriores testigos lo negaron.
El testigo confirmó que al menos dos de los alijos fueron sustraídos después del traslado de Lars S. M, en abril de 2008.
Así, según las fechas de entrada y salida en el almacén, uno de los alijos tuvo que ser robado entre el 24 de abril y el 10 de junio de 2008 y otro en los primeros días de junio.
Según el jefe policial, aunque el principal sospechoso ya no trabajase en la Udyco, podía entrar y salir libremente de la Comisaría al ser conocido de todos sus compañeros.
El jefe de Asuntos Internos cerró una ronda de comparecencias de varios policías sevillanos, que en semanas pasadas declararon que la llave de los antiguos calabozos donde se guardaban los alijos estaba en poder del jefe de la Udyco, que sólo la entregaba por petición de un jefe policial, quien la conservaba el tiempo necesario para hacer la gestión.
Además, al sótano habilitado como almacén solo podían acceder los policías de dos en dos y previa apertura de una primera puerta, cuya llave era difícil de reproducir en un solo día, según los testigos.
No obstante, estos testigos reconocieron que en dichas dependencias no había luz y que las cámaras de seguridad dejaron de funcionar cuando se instalaron allí unas taquillas para los funcionarios.
El robo de la droga se descubrió en mayo de 2008 y hasta ahora ha obligado a dejar en libertad a siete presuntos traficantes que se enfrentaban a condenas de hasta 12 años de cárcel, pues los contra-análisis de los alijos únicamente detectaron yeso, talco o harina.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es