El Centro de Coordinación de Emergencias 112 Andalucía ha gestionado un total de 2.833 incendios de vivienda entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de este año, lo que supone un descenso del 5,2 por ciento con respecto al mismo periodo del 2021, cuando fueron 2.991 los avisos coordinados por esta causa.
Los meses de finales de otoño e invierno son los que concentran el mayor número de llamadas al Teléfono Único de la Junta de Andalucía, sobre todo por el descenso de temperaturas que provoca el uso de calefactores, braseros, estufas y chimeneas. En este sentido, enero ha sido el mes con más casos, con 382 avisos; seguido de febrero (311) y marzo (278).
No obstante, las cifras atestiguan que este tipo de sucesos no son exclusivos de los meses más fríos, de hecho, en julio fueron un total de 276 los incendios de vivienda gestionados (solo dos menos que en marzo) y en agosto 240. Esto es debido, entre otras causas, al uso de aparatos de aire acondicionado y ventiladores. Además, hay que añadir que en esta tipología de incendios domésticos están incluidos los que se originaron en la cocina, los provocados por el uso de aparatos eléctricos o aquellos en los que el inicio se encuentra en otros focos de calor como cigarrillos o velas.
Por provincias, Sevilla se sitúa como la que más incendios domésticos ha tenido en estos once meses, con un total de 687 casos, seguida de Málaga (507), Granada (404) y Cádiz (369). En el otro extremo, con un menor número de incidencias se sitúan Almería, con 241 incendios en vivienda, Huelva (228), Jaén (211) y Córdoba (186).
El 112 ofrece a la ciudadanía una serie de consejos para evitar incendios en el ámbito doméstico, muy útiles para poner en práctica siempre, pero especialmente en los meses de más frío. La prevención es una pieza clave para evitar este tipo de sucesos, por eso, antes de la llegada de los meses invernales es importante hacer una revisión al sistema de calefacción, tiros de chimeneas y evacuación de gases; del mismo modo, hay que revisar el estado de los enchufes e interruptores.
En este sentido, el 112 apunta que es fundamental respetar la fecha de la revisión de la instalación de gas, cada cinco años como mínimo, así como la caducidad de las conducciones de gas, mantener en buen estado las uniones y no obstaculizar las rejillas de ventilación ayudará a tener viviendas más seguras.
En el caso de usar método de calor que conlleven combustión, como los tradicionales braseros de cisco o picón o estufas de gas, hay que dejar una rendija de abierta para tener la estancia ventilada y renovar el aire. Y es que una mala combustión puede conllevar una
concentración de monóxido de carbono, un gas que puede ser letal si se respira de forma prolongada.
Es muy importante no abusar de las alargaderas y enchufes múltiples y usar, cuando sea recomendable, los de toma de tierra.
En casa, es conveniente alejar enaguas y cortinas de las fuentes de calor o cualquier otro textil que pueda prenderse, como mantas o cojines; además, es recomendable que los niños pequeños y las mascotas estén alejadas de las fuentes de calor, ya que en un momento de descuido pueden acercar alguna prenda o juguete y prenderse.
El servicio 112 aconseja que no se acumule grasa en las hornillas o campanas extractoras, evitar que los productos de limpieza estén
almacenados cerca de las fuentes de calor, hornos o calentadores.
Además, en la cocina hay que evitar dejar ollas o sartenes al fuego sin vigilancia y en el caso de que se produzca un incendio en una sartén o cacerola jamás se empleará agua para sofocarlo, sino una tapadera para hacer que se apague solo por la falta de oxígeno.
Es muy recomendable tener en casa un extintor y conocer su manejo
para actuar de forma rápida y otra herramienta muy útil son los
detectores de humo, dispositivos pensados para alertar de la presencia de incendios en viviendas y edificios.
Si se produce un incendio en nuestra vivienda, lo más importante es intentar mantener la calma, llamar al teléfono 112 y contestar a las preguntas que realice el gestor de emergencias. En el caso de estar ante un incendio pequeño que pueda controlar, se puede intentar apagarlo, situándose siempre entre el fuego y la vía de escape. Si se estima que no es posible extinguirlo, no se deben correr riesgos y abanadonar el lugar, cerrando las puertas al salir de cada habitación para evitar que las llamas se propaguen. Jamás se deben usar los ascensores como forma de evacuación en estos casos.
Si se ha acumulado humo en las habitaciones, se aconseja salir de la estancia lo más cerca del suelo posible y si vamos a abandonar la
vivienda, antes de abrir cualquier puerta, debemos comprobar que no
esté caliente, que no sale humo por las rendijas y si es así, no debemos abrir las puertas porque el oxígeno avivaría las llamas.
En el caso de no poder salir de la vivienda, lo más seguro es buscar refugio en la habitación que esté más lejos del foco; intentaremos que sea una habitación con ventanas al exterior, para poder pedir ayuda; es importante que tapar las ranuras de las puertas, preferiblemente con trapos mojados para evitar que entre humo en la estancia. En caso de que se prenda la ropa, no se debe correr; hay que tumbarse en el suelo y rodar sobre sí mismo.
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