La huelga que afecta a refinerías y depósitos en Francia continuará esta semana, aseguró este lunes la Confederación General del Trabajo (CGT) que lidera la protesta, a lo que el Gobierno replicó anunciando más movilización forzosa de empleados, aun admitiendo que la normalidad no llegará pronto.
Un 30,1 % de las gasolineras del país no tienen carburante, de acuerdo con los últimos datos actualizados por el Ejecutivo, que por boca del ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, consideró "inaceptable" e "ilegítima" la actitud de la CGT de proseguir con el paro, pese al acuerdo "mayoritario" que hubo el viernes entre la dirección de la compañía TotalEnergies y dos sindicatos.
Le Maire, que insistió en una entrevista al canal BFMTV en que "la decisión de la mayoría debe aplicarse porque eso es la democracia", se refería al compromiso salarial alcanzado entre la empresa y dos sindicatos (CFDT y CGC-CFE) que juntos suponen más del 50 % de la representación en TotalEnergies, pero que la CGT no da por bueno porque quiere aumentos de remuneración más importantes.
La central exige un incremento general del 10 % para los trabajadores de TotalEnergies para compensar el alza de la inflación pero también para que participen en los beneficios excepcionales que está obteniendo la compañía, cuando el acuerdo de la semana pasada representa una subida de alrededor del 7 % entre salario y primas.
Para el titular de Economía y Finanzas, "hay que liberar los depósitos, liberar las refinerías" y utilizar los medios legales para forzar la movilización de trabajadores para que eso ocurra porque "tiene que haber desde esta semana una mejora clara con los carburantes".
En concreto, el Gobierno activó esta mañana esa movilización forzosa en los depósitos de carburante que TotalEnergies tiene en Dunkerque (norte) y en Feyzin, en Lyon (este).
Se trata de intentar cumplir la promesa del presidente, Emmanuel Macron, que el miércoles pasado había dicho que la vuelta a la normalidad en las gasolineras llegaría esta semana.
Pero el ministro de Transportes, Clément Beaune, reconoció en la emisora France Inter que "la vuelta a la normalidad tardará tiempo" y no llegará hasta la semana próxima.
La CGT mantiene un pulso con el Ejecutivo, sobre todo para reclamar subidas salariales que va más allá de la crisis de las gasolineras y que comenzó con una primera jornada de huelgas el 29 de septiembre, que va a tener continuidad con una nueva convocatoria de paros "intersectoriales" este martes.
Su secretario general, Philippe Martínez, recordó en France Inter que la protesta de mañana es "la continuación" de la del 29 de septiembre, y avisó de que una vez que se vea el alcance de la movilización los trabajadores decidirán si prolongan los paros en los días sucesivos, como ya han dejado caer algunas secciones sindicales.
Los paros de este martes se harán visibles un día más en las gasolineras, pero también en la educación (muchos padres no podrán llevar a sus hijos a las escuelas o no tendrán profesores para darles clases) y en el transporte público.
La entidad del transporte público de París RATP avanzó que aunque el metro funcionará "casi" con normalidad, en las dos principales líneas de trenes de cercanías (RER A y RER B) alrededor de una cuarta parte de los convoyes no circularán, y lo mismo ocurrirá con un tercio de los autobuses.
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