De esta forma, el establecimiento, ubicado en el número ocho de la citada plaza, permanece cerrado sin que por el momento se conozca su fecha de reapertura.
Según ha podido saber este periódico, la dueña del estanco, el número uno de la ciudad, se encontraba en su establecimiento muy cerca de la hora del cierre, sobre las 20.00 horas, cuando accedieron a el tres individuos, al parecer de raza árabe.
Uno de los asaltantes permanecía en la puerta del establecimiento mientras los otros dos le pidieron a la propietaria un par de cartones de tabaco.
Al hacer la cuenta, la dueña les trasladó el importe de su compra, a lo que los individuos respondieron con gestos, como si no comprendieran nada.
La mujer dispone de una calculadora digital de grandes dimensiones con la que mostró el importe de los cartones a los supuestos clientes. Este hecho es una constante habitual en este tipo de transacciones con compradores de otras nacionalidades.
A continuación, los asaltantes hicieron un gesto como pidiendo la calculadora para comprobar el importe más cerca.
Cuando la dueña del estanco se la facilitó, los agresores la utilizaron como arma y le golpearon repetidamente con ella en la cabeza. Según fuentes cercanas, “creemos que trataron de dejarla inconsciente para hacerse con la recaudación de la jornada”.
Sin embargo, la mujer pudo reaccionar y, tras lanzarles un expositor de postales, comenzó a gritar haciéndoles hizo frente.
Ante esta inesperada resistencia, los asaltantes se dieron a la fuga, probablemente ante el temor de ser descubiertos y apresados. En su huida, los tres ladrones utilizaron la calle José Antonio como vía de escape.
La propietaria, ya en la calle, continuó pidiendo auxilio, una ayuda que obtuvo respuesta en los trabajadores de una freiduría cercana.
Desde allí se telefoneó a una ambulancia y a la Policía. Con todo, la actuación de los cuerpos de seguridad fue criticada ya que, al parecer, “tardaron en llegar entre 15 o 20 minutos. Esto deja ver que no se encontraban en las proximidades de la zona, sino más bien lejos”. Poco después acudía la ambulancia que trasladó a la herida hasta el hospital.
Parte médico
La propietaria, M. A. R., resultó herida y con múltiples contusiones. En concreto, en su ojo izquierdo mantiene un derrame que le ha provocado una inflamación. Asimismo ha necesitado de varios puntos en la ceja.
Mientras, en la cabeza, la mujer recibió unos 20 puntos de sutura para cerrar las dos brechas que los asaltantes le provocaron con la calculadora. Finalmente, también tiene una fisura nasal.
El círculo más cercano a la víctima se ha mostrado preocupado porque este tipo de situaciones “se den ya hasta en la Plaza Alta y en horario de apertura de establecimientos. ¿Qué seguridad tenemos en el mismo centro?”.
Por el momento, la propietaria no ha vuelto al estanco, momento en el que deberá hacer balance del resultado del robo. Hasta ahora se desconoce si los atracadores pudieron hacerse con botín alguno. Lo que sí parece claro es que la dueña, muy afectada, no tiene intención de reabrir el estanco hasta que supere el mal trago y se recupere de sus heridas.
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