Punta Umbría

Un libro retrata el Hollywood dorado y los excesos de sus estrellas

Bette Davis enamorada de Errol Flynn; Robert Mitchum antisemita; John Barrymore, a falta de alcohol, dándole a la colonia, o Steve McQueen contento ?profesionalmente? por la muerte de James Dean. Son sólo algunos ejemplos del lado ?salvaje? de Hollywood.

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  • Fotografía de 1958 del actor australiano Errol Flynn.
Bette Davis enamorada de Errol Flynn; Robert Mitchum antisemita; John Barrymore, a falta de alcohol, dándole a la colonia, o Steve McQueen contento –profesionalmente– por la muerte de James Dean. Son sólo algunos ejemplos del lado “salvaje” de Hollywood.

En El grupo salvaje de Hollywood. Dioses y monstruos, Juan Tejero retrata a una decena de grandes estrellas del cine, conocidas por sus excesos, de las que cuenta, con un estilo ágil y directo, hasta el último detalle de episodios conocidos, y de otros que no lo son tanto.

Se trata del primer volumen de una trilogía dedicada a las estrellas hollywoodienses, y en él Tejero ha buscado “tratar en profundidad a unos pocos actores, en lugar de dedicar ocho páginas a un montón de ellos”.

Para ello, realizó la selección final teniendo en cuenta la inexistencia de libros en español que trataran con detalle los capítulos más sórdidos o salvajes de actores muy conocidos.

Y, a la vez, para aprovechar y contar rodajes de sus películas más significativas, o la estructura mediática que ya desde los años treinta existía en torno al mundo del cine y de la que las columnistas Louella Parsons y Heda Hopper eran el ejemplo más temible.

“Eran dos columnistas importantísimas, con un enorme poder. Incluso intentaron acabar con Ciudadano Kane, y se dedicaban a perseguir a todos los famosos y a sacar rumores ya fueran verdad o mentira”, explica Tejero.

Aunque también es cierto que muchas de esas historia eran realidad, a pesar de sus tintes de invención.

Es el caso de algunas de las protagonizadas por John Barrymore, uno de los miembros más conocidos de esa familia de actores de la que su nieta Drew es el último exponente.

Su interminable lista de conquistas, que aumentaba exponencialmente mientras disminuía la edad de las mujeres, es tan conocida como su alcoholismo, pero no lo es tanto lo que pasó en un crucero al que su esposa Dolores Costello le llevó precisamente para alejarle de tentaciones.

John buscó alcohol por todo el barco y, ante su ausencia, “no le quedó otro remedio que beberse el perfume de su esposa. Se dedicó a empinar el codo con elixir bucal, amoniaco y, al final, con el alcohol del sistema de ventilación del barco”, relata el libro.

Pero si las andanzas de Barrymore fueron famosas, no lo fueron menos las del protagonista del volumen, Errol Flynn.

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