Una conocida marca comercial popularizó hace escasos años la frase de Bruce Lee, mítico experto en artes marciales, quien recomendaba que nos convirtiéramos en agua para saber adaptarnos a las diversas circunstancias que nos plantea la vida cada día. Ese celebérrimo Be water, muy friend me sirve para llamar tu atención -si aún continúas leyendo- debido a que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) activará el protocolo de sequía el próximo 2 de noviembre si las intensas precipitaciones previstas para las próximas horas, y que tanto preocupan al mundo cofrade en Sevilla y Málaga, no lo impiden, que no lo parece. ¡Tranquilidad ante todo! El consumo está garantizado, nos dicen, para los próximos dos años, pero si no empezamos a concienciarnos de un uso responsable de este bien preciado, las administraciones nos lo impondrán.
En el teatro de los suministros los actores principales son luz y carburantes. Los focos de la opinión pública y publicada permanecen en ellos por el incremento desatado de los precios. Harina de otro costal es lo referente al gas natural cuyo suministro procedente de Argelia a través del gasoducto del Magreb, que atraviesa Marruecos y el Estrecho de Gibraltar entrando en la Península por Zahara de los Atunes, tiene los días contados debido a la cada vez más preocupante crisis entre Argel y Rabat, que rompieron relaciones diplomáticas durante el pasado agosto.
Es evidente, por tanto, que el agua no está teniendo la atención que merece cuando la sequía ya es una realidad in facto en distintas zonas de Andalucía sin que sea necesaria la activación de decreto alguno.
Precisamente, la patronal de las empresas andaluzas que suministran agua en núcleos urbanos, ASA, ha organizado para el próximo 11 de noviembre en Sevilla unas jornadas que pretenden concienciar sobre la importancia del agua y el hecho irrebatible del cambio climático. Esto se ha transformado. Ahora alternamos largos periodos sin precipitaciones con intensas lluvias que anegan las ciudades y campos. Habrá que cambiar pues ante la amenaza del cambio climático. En definitiva, tenemos que adaptarnos: be water, my friend.
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