Hablaron de arquitectura, de la historia de la Sagrada Familia, el templo símbolo de Barcelona y junto al monasterio de Monserrat, posiblemente el símbolo de Cataluña. Hablaron de Antoni Gaudí, el arquitecto que tuvo un sueño que dejó escrito en planos y moldeado en maquetas, pero que dejó las lagunas suficientes para que los que llegaran después pudieran poner su parte en ese sueño.
Hablaron de cómo nació de otras manos -sin criticarlas- que no habían soñado lo mismo. Y todo para llegar a una conclusión primordial que entienden que es la esencia misma de Gaudí plasmada en prácticamente todas sus obras: su religiosidad.
Es por eso que no fue sólo una conferencia sobre arquitectura en la parte que le correspondía a José Manuel Almuzara, el arquitecto que anunció que la parte que le corresponde está completada en un 65 por ciento.
Fue también una catequesis que se desbordaba sobre los detalles técnicos, queriendo y sin querer, porque a juicio del vicepresidente de la Asociación Pro Beatificación de Antoni Gaudí, el “arquitecto de Dios”, no se puede entender al genio catalán sin la fuerza espiritual que movió su vida y su obra. Una beatificación que el propio Almuzara, según las últimas noticias, va por buen camino y en este mes de marzo podría pasar el primer ‘corte’.
Con Almuzara -cuarta vez en San Fernando- llegaba el escultor de la Sagrada Familia, el japonés Etsuro Sotoo, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Kioto quien llegó a Barcelona en 1978 y comenzó a trabajar como picapedrero porque no venía en busca de respuestas sino “de preguntas”.
Sotoo se ha encargado de restaurar el Portal del Rosario de este templo y ha realizado numerosas esculturas, entre las que destacan el grupo de ángeles, frutas y pan y vino de los pináculos de las naves y, recientemente, diversos detalles de las puertas de la Fachada del Nacimiento.
Lo de Sotoo no fue propiamente catequesis. El japonés dejó la técnica a un lado y se centró en la espiritualidad como meta, en la pregunta como origen y en la pregunta como final. Prefirió contestar preguntas para desarrollar la misma idea. Gaudí, como Miguel Ángel, se ha adelantado varios siglos a su tiempo. Pero Gaudí lo ha hecho de la mano de Dios. Y él va de la mano de Gaudí.
Si el arquitecto de la Sagrada Familia dijo que el templo tiene un 65% de su estructura construida, la parte escultórica está a falta de un 65%, por lo que Etsuro Sotoo sabe que no la verá terminada. Sólo dice que “mañana mejor que hoy”.
Nadie sabe cuándo se va a terminar. La Sagrada Familia es un templo que depende del Obispado de Barcelona y se costea por suscripción popular a través de fundaciones, donaciones... Depende del dinero y de otras muchas circunstancias. La parte arquitectónica no antes de 2040. La escultórica...
Una de las curiosidades del escultor japonés es que lleva trabajando en el templo desde 1978 “de prueba” hasta que el año pasado lo contrataron en firme. Su nombre una vez convertido el cristianismo es Lucas, el discípulo que no era judío.
Etsuro Sotoo, además, ha sido el escultor elegido para terminar la catedral del Florencia, el Duomo, al que le falta todavía, después de 700 años, el ambón, desde donde se proclama la lectura de la Biblia. Y él dice que no es mérito suyo, sino de Gaudí.
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