La bodega Doña Felisa, que se encuentra situada en el paraje conocido como Chinchilla, que da nombre también a la reconocida marca de sus vinos, ha anunciado un proyecto de ampliación de sus instalaciones en la comarca para aumentar su capacidad productiva.
Según explicó José María Losantos, el propietario de la empresa, se trata de la inversión económica “más ambiciosa de su trayectoria”, tanto que la mejora permitirá ampliar la producción actual “en más de un 30 por ciento”, así como también “modernizar sus técnicas de elaboración” en un nuevo centro logístico y de etiquetado de 1.000 metros cuadrados situados en la localidad de Arriate, en su polígono industrial. Los activos e instalaciones de la bodega alcanzan así un millón de euros.
Con esta ampliación, la empresa rondeña de convierte en “uno de los mayores productores de vinos tintos de calidad de Andalucía, superando las 200.000 botellas”, frente a las 140.000 actuales. Eso permitirá “lanzar nuevos productos al mercado que se adaptarán a la demanda del consumidor, solucionando las roturas de stock que sufrimos el pasado año, al agotarse los vinos Roble, Cloe y elpremiado Doble Doce”, explicó el bodeguero.
Losantos, que actualmente también preside la Asociación de Viticultores y dirige el Centro Integral del Vino, añadió que su principal objetivo es “mantener en la Serranía esta industria”. Explicó que el nuevo centro logístico pretende comercializar vinos de otras bodegas serranas.
Bodega Doña Felisa cuenta actualmente con un plantilla de ocho trabajadores, que podría ampliarse. El 90 por ciento de sus vinos son tintos, pero también produce blancos y rosados. Casi el 15 por ciento de su producción se vende en el extranjero, en EEUU y en países nórdicos; un 35 por ciento se queda en Andalucía, Madrid y Barcelona; el resto, se vende en la propia Serranía de Ronda.
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