Lunes Santo de emociones. De solitaria oración entre la multitud. Este año con más emociones que ninguno de los anteriores.
Desde las 8 de esta tarde realiza estación de penitencia por Ronda la única hermandad de este día, que ha protagonizado una de las más emocionantes salidas de la Semana Santa, que este año era aún más emotiva si cabe tras el incendio que afectó hace escasamente un par de meses a la Casa de Hermandad en que se encerraban muchos sueños que parecieron quedar rotos.
Y aunque el mazazo fue demasiado duro y es aún reciente, el Huerto se ha recuperado con la solidaridad de los rondeños. Repuesta la hermandad, por las calles realizan penitencia hasta 230 hermanos que portan la mayoría de esas 270 nuevas túnicas que fueron confeccionadas a marchas forzadas para este día. También se estrenó un nuevo techo de palio para la Virgen Consuelo de las Tristezas. Y es que se habían quemado todas las antiguas túnicas, hasta tres palios y distintas sayas de la Virgen y el Señor.
El arco de medio punto de la fachada de Santa Cecilia hizo protagonizar a la Hermandad uno de los momentos más complicados de cuantos se viven cada año en Ronda. Ajustada al milímetro la salida tanto del Señor como, especialmente, de la Virgen del Consuelo, con el corazón en un puño asistieron los cientos de presentes a cada una de las maniobras.
Saliendo el Señor acabó rompiéndose uno de los guardabrisas de cristal de uno de los arbotantes traseros del espectacular misterio. Excepcional la banda de cornetas y tambores Cristo del Mar, de Vélez Málaga, que guió cada uno de los pasos. Antes de interpretar sus primeras marchas, en el interior de la Iglesia de Los Descalzos, Ainhoa Pérez interpretó el emocionante Padre Nuestro, cantado, y con la compañía al órgano por José María Tornay, que ya es un clásico de un tiempo a este partes; se revivió de este modo este sencillo y emotivo momento que ya pudo disfrutarse el pasado año y el anterior tras que el capataz llamara a la primera levantá del paso.
Junto al Señor y al Ángel Confortador, tres apóstoles. Antes del fuego, la hermandad había previsto la realización de las imágenes de San Juan, San Pedro y Santiago Apóstol. Durmiendo; encajados bajo el olivo. Espectacular la imagen.
Y tras el Señor, la Virgen. Primero este año un Ave María cantado también por Ainhoa Pérez. Y tras el rezo, 'Caridad del Guadalquivir', que no falta nunca dentro de Santa Cecilia. La primera llamada a los hombres de Consuelo de las Tristezas, corrió a cargo de las mujeres costureras que hicieron las túnicas. No dejaron de aplaudir hasta que la Virgen salió de la Iglesia, muy despacio, guiada por la banda Arunda. Hasta que se arría el paso.
La hermandad, que proveyó el pasado año unas ruedas para la salida, quitó los zancos y sacó del palio a una quincena de los costaleros. Y cuando el paso está fuera, ante el silencio atónito de los presentes, llamada al Cielo sobre la rampa y clamor.
El palio estrena peana para la Virgen, obra del malagueño Cristóbal Martos. El encargo estaba realizado antes del fuego; se salvó del incendio. Se han confeccionado cuatro piezas de crestería para el nuevo palio. La tela es azul pavo real, y así también de la de los nuevos faldones.
Todo salió bien.
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