Pienso, luego estorbo

Contigo comenzó casi todo

El espectáculo vivido en el Comité Federal del PSOE de hace unos días amenaza con fracturar irremediablemente al socialismo español y muestra...

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El espectáculo vivido en el Comité Federal del PSOE de hace unos días amenaza con fracturar irremediablemente al socialismo español y muestra la voladura interna de un partido. Nunca un enfrentamiento interno se había librado por una de las partes, despreciando toda lógica política. Pero la situación de desconcierto que embarga al seno del PSOE y, por ende, al resto de sus militantes y simpatizantes no debe confundirnos sobre las causas últimas de una crisis que no sólo tiene un componente personal sino que viene de la discusión sobre el papel que debe representar el PSOE en el sistema político español y de la desviación ideológica que ha sufrido. Para un amplio sector de la sociedad el PSOE ha dejado de ser reconocible porque se había adulterado su identidad. La causa de la deserción de más de 6 millones de votos perdidos desde 2008 hay que buscarla, pues, en el abandono de las políticas moderadas. Al igual que en 1979, la raíz del problema vuelve a ser esencial y estriba en responder a la pregunta de si un partido homologado con el socialismo de corte occidental, que defiende la economía libre de mercado y los postulados constitucionales, puede sobrevivir a un proceso de radicalización izquierdista que sólo responde a una coyuntura de crisis económica y social excepcional. El PSOE ha perdido la confianza de sus votantes, que no se reconocen en el discurso catastrofista y sectario de la dirección que llevaba Sánchez, y va directamente hacia la irrelevancia o, lo que es más probable, a ser absorbido por el populismo en un proceso similar al sufrido por Izquierda Unida. El PSOE necesita tiempo y tranquilidad para reconstruirse y volver a situarse en el espectro político de manera reconocible, y no es algo que se pueda sostener exclusivamente sobre la militancia si no con los millones de ciudadanos que le otorgan su voto. También deberá refundar el partido en Cataluña. Y en mi opinión el precedente de casi todo esto es Zapatero, excepción a esa regla que dice alguien vendrá que bueno te hará. Aquello fue realmente insuperable. Con Zapatero se abrió la barra libre del separatismo y con él sufrimos el despilfarro público, bautizado como gasto social, el déficit público, las cunetas de la Guerra Civil, la persecución a la libertad en todos sus órdenes, el adoctrinamiento como asignatura o la discusión del término nación. Con Zapatero se institucionalizó el analfabetismo funcional, la inepcia como activo para acceder a cargo público, los acontecimientos planetarios o el dinero público que no es de nadie y las soluciones habitacionales. Zapatero, contigo empezó todo. Y todo bajo aquel famoso talante. Sólo talante. Y el PP ha renunciado a enmendar lo peor de su legado. Tanto este PSOE, como el PP y toda España, quedó condenado por Zapatero.

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