Pienso, luego estorbo

Vuelve la burra al trigo

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Se avecinan elecciones y vuelve la burra al trigo. Otra vez el PSOE -¿cuántas veces lo han garantizado?- con sus cementerios laicos, fosas, aborto, crucifijos, la comunión por lo civil, el bautizo laico, quitar la religión de las escuelas, revisar los acuerdos con la Iglesia (la Católica, claro), retirar los símbolos religiosos de los edificios de carácter público, quitar la Semana Santa, bla, bla,... Eso sí, a cambio, mucho Halloween.  Cansa ver cómo el socialismo trampea cada vez que hay elecciones con el anzuelo del laicismo y su hostilidad hacia la enseñanza de la religión. Cansa porque es vieja política. Y, de nuevo, la propuesta me parece sectaria y contraria al principio constitucional de libertad religiosa, y de libertad de decisión de los padres de elegir la educación de sus hijos. En los colegios públicos y concertados, esta enseñanza de la religión que tanto preocupa al líder socialista es de oferta obligatoria pero de libre elección por parte de los padres, si el alumno es menor de edad, y por el propio alumno,  si este es mayor de edad. Se garantiza la oferta, no se fuerza la demanda. Y en los colegios católicos, es de suponer que si unos padres deciden –verbo ofensivo para la izquierda, que lo hace por ti, – matricular a su hijo allí, es porque querrán que estudie religión católica. Y lo pagan. A sabiendas de que dicha enseñanza no tiene carácter obligatorio para los alumnos, quieren una vez más suprimirla. Vuelve la burra al trigo. Los socialistas, en lugar de apoyar, defender y proteger las libertades y derechos constitucionales, vuelven a dar muestras de intervencionismo ideológico de unas maneras propias de países totalitarios de uniformidad de pensamiento. Su interés, en este caso por la Educación, es puramente instrumental, están radicalizando su discurso al ver cómo Podemos está cayendo en sus encuestas.


La asignatura de religión no es un problema en España porque la libre elección está garantizada. En cambio, la enseñanza en castellano en Cataluña sí es un problema, porque no se puede elegir. Claro que esto no preocupa ni a Sánchez ni a casi nadie.


Eso sí, este fuerte deseo de suprimir la enseñanza de la religión, curiosamente, no impide que muchos de sus desertores sigan dándose codazos en la Semana Santa para salir en las procesiones de penitentes o de costaleros, o para acudir a todos los actos religiosos y pregones en honor del patrón/a del pueblo, donde gritarán a pecho abierto: “Viva SantAna”, “Viva la Virgen de la Cabeza”, “Viva Nuestro Padre Jesús”…, porque claro, como decía un laico convencido por los pasillos de la Catedral: 
¡Qué tendrá que ver Dios con Nuestro Padre Jesús!

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