HUELGA DE ABUELOS
Con una vergonzosa subida del 0.25%, los pensionistas sobreviven cada mes. Y suponen la más importante ayuda para sus hijos y nietos. En muchos casos, en bastantes, también son el sustento de la familia, incluyendo esos hijos y nietos que por mor de la crisis tienen que vivir con la pensión del padre y abuelo.
Hablan de que la hucha de las pensiones se está acabando debido a que cada vez hay más jubilados y duran más. Lo que no dice el Gobierno ni la mayoría de los políticos es que estos pensionistas, estos padres y abuelos son los que está haciendo posible que España no haya reventado. Son los que están haciendo posible, con sus pensiones, que hijos y nietos puedan comer todos los días. Son los que hacen posible que si sus hijos trabajan, ellos se responsabilizan de los nietos y hacen que el Sistema siga funcionando.
Por ello me fastidia enormemente ese cruel e inhumano Impuesto de Sucesiones y Donaciones que le sirve a la Junta de Andalucía para apropiarse de una parte sustancial del patrimonio de estos abuelos aprovechándose de su fallecimiento. El mantenimiento de este tributo es intolerable y vergonzoso.
Viola uno de los principios básicos de la Hacienda Pública, el relativo a la doble tributación, puesto que el dinero y los bienes legados ya han pagado los debidos impuestos al ser adquiridos o generados por su titular que siempre es el abuelo. Sucesiones y Donaciones implica, pues, pagar de nuevo sobre algo que ya ha tributado.
En segundo lugar, es profundamente injusto e inmoral que, tras toda una vida de trabajo, esfuerzo y ahorro para acumular un patrimonio y poder dejar algo a tus hijos, nietos, sobrinos, familiares, amigos o a quien desee su legítimo propietario, venga el político de turno a quitarte lo que es tuyo, y de nadie más, para despilfarrarlo en beneficio propio, que no es otro que la compra -directa o indirecta- de votos mediante el aumento del gasto público. De hecho, la voracidad y el abuso de algunas autonomías llega a tal punto que miles de familias se ven obligadas a renunciar cada año a sus herencias ante la imposibilidad de abonar la citada mordida fiscal.
Además, dada la injusticia que supone su aplicación, lo único que logra realmente es la fuga de capitales mediante el traslado de la residencia fiscal y el fraude tributario.
Y una forma que pararía de verdad Andalucía para que se diesen cuenta de la importancia de este robo del Impuesto de sucesiones, sería una HUELGA DE ABUELOS. Sin colegios, sin las comidas preparadas, sin las compras, sin las casas para dar de comer a los hijos y nietos. Supondría la verdadera paralización de Andalucía. Sería el colapso. Así se darían cuenta del daño que hacen a los que verdaderamente están manteniendo esta “mierda” con el 37% de paro.
Algeciras a 11 de marzo de 2017
Patricio González
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