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La novena provincia

Miguel Lozano Tello

Me he enterado de la muerte de Miguel Lozano Tello por un artículo publicado por el profesor Pérez de Vargas. La verdad es que ha sido un mazazo...

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Me he enterado de la muerte de Miguel Lozano Tello por un artículo publicado por el profesor Pérez de Vargas. La verdad es que ha sido un mazazo. Miguel había sido compañero mío durante muchos años en Sea-Land Iberica S.A. en la Isla Verde. Ya allí, tanto el resto de nuestros compañeros como yo, sabíamos de sus dotes poéticas, dedicadas, principalmente, a Algeciras, porque él mismo nos las leía.

Luego, un drama familiar hizo que Miguel pasara por uno de esos negros túneles que sólo una persona de su valía humana habría sido capaz de superar.

Después, recuperó su disposición de siempre, montando una tienda en la barriada de San García donde, como siempre, siguió ayudando a mucha gente. Porque Miguel era de esas personas que se dejaba querer y que, difícilmente, por no decir que era imposible, él podía tener a alguien al que no gustase su predisposición a todo y su ejemplar vida.

Su hermano Pepe es otra persona que camina por los mismos senderos que él. Otro amante de la poesía, participando de lleno en el grupo Academus con Nieves Buscató.

Sin embargo, Miguel era más independiente. No formaba parte de nada sino que escribía y, luego, te enseñaba sus trabajos, como digo, casi siempre dedicados a nuestra ciudad.

Era, lo que se puede decir en el más amplio sentido de la palabra, una persona buena y enamorada de su tierra, a la que le dedicó innumerables poemas y escritos que él mismo se encargaba de adornar para que cuando te lo leyese o regalase, tuviese una digna presentación.

Ha hecho muchas más cosas y ha colaborado con numerosas entidades de nuestra ciudad y ha leído sus escritos y poemas allá donde se lo hayan pedido.

Y uno se pregunta. ¿Por qué se mueren las personas buenas?. No hay otra respuesta que la de que se mueren para poder ser testigos de los juicios de los malos.

Descansa en paz, amigo.

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