Notas de un lector

Dialogando con el destino

Los renovados versos de José Mª Muñoz Quirós vuelve a conjugarse la hondura de sus reflexiones con la intensidad lírica de su verbo

Dice un proverbio oriental que un hombre puede hacer llegar los latidos de su pensamiento mucho más allá de las cuatro paredes de la habitación en la que está escribiendo. Pero esto será sólo posible si el mundo interior que revela es auténtico.
Y tras la grata lectura de Locus standi(Polibea. Colección el levitador. Madrid, 2016), ha venido hasta mí esta máxima citada, pues en los renovados versos de José Mª Muñoz Quirós vuelve a conjugarse la hondura de sus reflexiones con la intensidad lírica de su verbo.

     Con 28 poemarios ya editados, la voz de este poeta verdadero y corazonado, tiene la virtud de ser un himno vital y diario, una entrega esperanzada y necesaria: “Así es mi vida;/ un intento furtivo/ de nostalgia, y una duda/ puesta en pie como un sendero” escribía el  vate abulense dos décadas atrás.
Ahora, en el poema que da titulo al conjunto, “Locus standi”, afirma: “Donde yo vivo nace la nostalgia/ de lo que ya se ha ido. Al fin sabemos/ que es más fácil soñar”.
Sueño y realidad, ayer y mañana, presencia y ausencia…, son constantes por donde surge el espacio de una poesía que sigue creyendo tantos horizontes después en la fuerza balsámica de la palabra.

     En los sesenta poemas que integran este volumen, el lector podrá hallar una poesía que dialoga con el destino, que pronuncia la pureza de cada instante, la desnudez de lo imposible, el fruto de una mirada que acerca la certidumbre del hombre…, tal y como se escucha junto al eco de su poema “Sed de vida”: “Vivir como en el agua que se asoma/ a la noche encendida, como un río
/ que se desbroza en cada sed,/ 
en cada lumbre de dolor, en cada fuego/ que abrasa una derrota en lo infinito”.

     En su revelador prefacio, José Corredor Matheos apunta que la comunión del poeta con la Naturaleza ha sido amplia a lo largo y ancho de su obra y que, en esta ocasión, y cito “la presencia del campo de Ávila, recreada poéticamente, resulta más intensa, y encontramos también este rasgo cuando el poema se sitúa en un ámbito urbano, en los dos casos con carácter muy íntimo. El poeta se siente partícipe de estos espacios de un modo que trasciende el espacio y el tiempo”. Y de esa universal dicotomía nace, precisamente, la personal propuesta del sujeto poético. Tal y como refleja su bello poema “Trigo errante”: “Olor a tierra y surco en el barbecho,/ a campo donde el musgo se libera
de/ la escarcha y el hielo./ 
Es la sed de la nieve/ donde se vierte la lenta página/ del tiempo.”

     Llevo años siguiendo la obra de José Mª Muñoz Quirós y puedo asegurar  que nada queda al azar a la hora de trazar su verbo y que la  legítima transparencia con la que afronta el proceso creativo, es el mejor ejemplo de un escritor generosamente comprometido con su dramática tensión lírica.Esta nueva entrega así lo ratifica, al igual que confirma la voz solidaria de quien vive y sueña y apuesta por hallar bajo la esencia de su versos “la mañana cuando despierta/.. el don que nos regala sin apenas notarlo/ el descanso profundo de las horas”.

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