El tren que esta mañana ha descarrilado en Arahal (Sevilla) circuló unos 200 metros con el tercer vagón fuera de los raíles, hasta que el maquinista logró detenerlo, después de golpear con el lateral de un túnel que hizo que el vagón volviese al raíl durante el resto de su recorrido.
Así lo han explicado a Efe fuentes de la investigación, que han señalado que en un tramo de bajada antes de entrar en el pequeño túnel el suelo se hundió bajo el tren, que pudo llegar al túnel por inercia, donde los dos primeros vagones se mantuvieron en los raíles, aunque el tercero se salió de la vía, golpeando contra una pared del túnel, un golpe que le devolvió a la vía, por donde circuló unos metros más, hasta detenerse.
La zona donde se encuentran los raíles que se han hundido se encuentra rodeada de una plantación de trigo, donde esta madrugada se ha acumulado mucha agua del 'Arroyo Alameda', y su acumulación en el terreno ha podido ser la clave para que cediese el suelo y se produjese el accidente.
La cifra de heridos en el accidente asciende a 35, de los que dos graves, uno de ellos con una fractura de pelvis, que ha sido trasladado en helicóptero al hospital Virgen del Rocío de Sevilla, aunque no se teme por su vida.
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