Con 33 años y una perenne sonrisa, Kiko Capilla encara otro reto solidario sin zapatillas. Y es que este joven malagueño va a afrontar el próximo domingo la cuarta edición de la Media Maratón Ciudad de Cártama descalzo. "Siempre hacemos retos solidarios para ayudar a la ONG malagueña Escolaridad Solidaria y, de este modo, hay gente que dona o se hace socio", explica.
A los niños de Myanmar que no están escolarizados los ponen a trabajar y a las niñas las meten en la prostituciónAnteriormente ya ha disputado otras pruebas de esta manera como la Carrera Urbana de Málaga, de 10 kilómetros, o la Maratón de Málaga con las zapatillas de cinco dedos, "que son muy finas". “Hay que tener cuidado en no quemarse, ni en hacerse daño, por lo que se debe tener la velocidad adecuada”, aclara el deportista, natural de Cártama, que hace sus entrenamientos de carrera sin calzado: "al principio los pies están más sensibles, pero acabas acostumbrándote; aunque una piedrecita se te clava y duele igual", señala.
Este desafío se realiza con un fin solidario ya que lo recaudado irá destinado a la ONG malagueña Escolaridad Solidaria, que bajo el eslogan 'Colabora y creémosles un futuro' tiene como fin conseguir una Educación Infantil Básica o Primaria a niños y niñas de Myanmar, antigua Birmania. "A los niños que en este país no están escolarizados los ponen a trabajar y a las niñas las meten en la prostitución; y si están en los colegios, suelen estar alejados de todas esas cosas", detalla.
De este modo, Kiko ha promovido en el local del que es socio, Box Olimpo, apuestas solidarias sobre su actuación. “Retirada, tiempo en el que acabo o el kilómetro en el que me voy a cortar son algunas de las apuestas”, bromea el cartameño.
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