La tribuna de Viva Sevilla

El desempleo, ese extraño tema de debate

Los autónomos son un colectivo de 3-4 millones. Si la mitad de ellos contrata, estaríamos creando entre 1,5 y 2 millones de ocupaciones, terminando con la mitad del desempleo. Ningún Eurovegas va a impactar con tal importancia en demanda interna, ingresos públicos o en formación bruta de capital.

Con un 26% de paro, nuestro debate sobre empleo se ciñe a reiterar lugares comunes, consistentes en situar el empleo como “lo primero”, o las cifras del paro como el fracaso de la reforma laboral.


Con este discurso del tópico por toda acción, los agentes del poder están hermanados en la inutilidad frente a laciudadanía. Sabedores de que nada aportará la clase política, los agentes económicos no los consideran una variable, sino un mero condicionante en sus previsiones. Y creo que a veces, sólo un mero. 


El PP realizó consultas para formular su reforma laboral, y le aconsejaron segmentar la ley con textos y reglas diferentes para grandes empresas y pymes. No se consideró, era novedoso y sonaba a experimento.


Plantear algo nuevo es una obligación, cuando continúa la hemorragia de licenciados por la frontera. Por eso, en dirección contraria a las tradicionales políticas activas de empleo, el foco de atención debe situarse en los autónomos como empresarios, rebajando su presión fiscal y creando fórmulas flexibles de asociación entre ellos en régimen mixto de socio/trabajador, por cuenta propia o ajena. Fórmulas que pueden crear nuevos autónomos empleadores, start ups, spin-off o clusters de empresas... perdón, se me olvidaba que no saben hablar inglés.


Los autónomos son un colectivo de 3-4 millones. Si la mitad de ellos contrata, estaríamos creando entre 1,5 y 2 millones de ocupaciones, terminando con la mitad del desempleo. Ningún Eurovegas va a impactar con tal importancia y permanencia en demanda interna, ingresos públicos o en formación bruta de capital. Adelson ni consume ni tributa en España, y no está aquí para quedarse.
Pero es la vieja inercia Bienvenido Mr. Marshall la única estrategia en la que creen nuestros líderes, mientras rezan pidiendo milagros que rediman nuestros pecados, en lugar de pensar y buscar nuevas soluciones, aunque la realidad económica hace tiempo que difuminara las fronteras conceptuales que impregnan las ideologías nominalmente en pugna. El autónomo ¿es empresario o trabajador?


Estamos ante una nueva clase indefinida, citada generalmente a través del eufemismo “emprendedor”, para poder posponerlo a un escenario futuro. Algo que está en proyecto, como un país que seguimos llamando emergente mientras le pedimos ayuda e inversión. Preferimos hacerlo en lugar de pensar en algo nuevo, siempre incómodo para lo establecido, y aún más para lo apoltronado.


Lo que explica que nuestra clase política no ofrezca un nuevo proyecto de sociedad. Le vale con la actual. Diagnosticar el presente y anticipar el futuro es demasiado grande para sus líderes actuales. Y la ausencia de un proyecto lamina el interés por la política, tanto o más que la corrupción, o la infantil tendencia de los partidos a maquillar la realidad, minimizando los problemas propios y agigantando los ajenos, en la misma proporción en que mensuran la estupidez del electorado.


Bárcenas, los ERE’s, el referéndum catalán y el casino de Adelson es todo nuestro debate político, social y económico. Responsables somos de esta paupérrima dialéctica ¡porque nosotros los mantenemos¡, y tristemente lo hacemos en todos los sentidos, sin que “ellos” lo valgan.
Hasta que lleguemos a la conclusión de que son muchas las personas que pueden encontrar empleo sin tener que emigrar, si enviamos al paro a nuestra actual representación política, social y económica. Para ello, tenemos que comenzar por dejar de “comprar” la realidad embadurnada en cosmético barato que nos tratan de vender a diario, y hablar de los asuntos que nos importan y afectan.


Cuando Trueba, director de la oscarizada Belle Epoque, le pedía al gran Azcona, guionista de Bienvenido Mr. Marshall, que le escribiera un guión, éste contestaba que lo haría cuando hiciera una película que abordara los grandes temas, lo que Azcona resumía en hacer una película que “hablara sobre garbanzos”.


Es lo que tenemos que hacer con urgencia, “hablar sobre garbanzos” y dejar de fumar ansiosos frente a la tragaperras, mientras musitamos una plegaria implorando que se alineen tres mandarinas, apostándolo todo por una recompensa que no verá el nuevo día.

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