Bueno, pues ya huele a Feria en Sevilla en medio de la Feria de la corrupción a la que por desgracia huele nuestra querida España. Y esta nueva operación que afecta al PP de Madrid es la corrupción por antonomasia, esto es, no hablamos de resoluciones o instrumentos supuestamente injustos, sino del enriquecimiento personal a lo bestia desde la apariencia de servidor público. No cabe condena a nadie sin Sentencia firme, pero, aunque no me guste nada eso que ha manifestado este magistrado que dice ser el Juez del pueblo, la realidad es que por muchas críticas que se hagan a nuestra Justicia un vez se demuestra que las denuncias contra políticos cercanos a un poder que pudiera respaldarlos son investigadas y si hay que encarcelar o enjuiciar se toman las decisiones que sea al respecto sin que le tiemble la mano a los Jueces.
Lo de Esperanza Aguirre es absurdo. Por muchas cosas buenas que haya podido hacer o vivía en otro mundo o no se enteraba de nada. O todo un Presidente testificando en un macrojuicio sobre cuanto pueda conocer directamente en relación con la corrupción de su partido es simplemente terrible. Creo que el PP y quizás todos los partidos debían dotar de medios y capacidad a una especie de equipo de asuntos internos que trabajara infatigablemente en controlar a sus propios militantes y se adelantara a denuncia cualquier práctica dudosa y cortarla de raíz. Porque a su vez creo que los partidos tradicionales siguen siendo fundamentales para nuestro país y me aterra eso de que el poder acabe en manos de dirigentes cuyo único ideal es el populismo como ha estado a punto de suceder en Francia con candidatos sorpresa o una señora incluso explotando el terrorismo para pedir votos.
Y en Sevilla comienza el fin de semana una Feria que resulta una barbaridad. Una cosa es que el turismo sea una industria fundamental en la actual situación de Sevilla y otra cosa que tengamos que condicionar tantas cosas al turismo, porque habremos perdido por medio muchas señas de identidad. Lo de la caseta para los extranjeros financiada por todos es sencillamente ridículo y lo que conseguirán es que esos extranjeros se vayan diciendo que han visto algo que es una Feria más en un ambiente que se puede repetir en cualquier otra o cualquier día del año. Como lo es en mi opinión que la Feria comience un sábado y dure más de una semana. Creo que no es la mejor manera de mostrar que Sevilla está en un momento complicado y hay que arrimar el hombro a tope. Y no creo necesario desnaturalizar algo que tiene sus prolegómenos y su alumbrao perfectamente puestos. En todo caso, ¡que tengáis una maravillosa Feria!
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