La revista Interviú ha desaparecido. Interviú se creó en 1976 con gran revuelo de cuñas radiofónicas y carteles publicitarios en la calle con el lema: “Interviú, la revista política más fotogénica”. También en esos meses apareció El País, y Diario 16 -“Por la libertad sin ira”, lema al que puso música en una canción inolvidable el grupo onubense Jarcha-. Interviú, como en cierta ocasión dijo Francisco Umbral, fue un grito desde sus inicios. Tenía grandes articulistas. Emilio Romero venía de dirigir el diario Pueblo y tenía una pluma poderosa: Dicen que en Interviú cobraba 500.000 pesetas de cuando entonces por artículo. Camilo José Cela fue mucho mejor novelista que articulista, claro, pero sus crónicas en Interviú siempre tenían el brillo colosal de su genio. Y Manuel Vázquez Montalbán ponía su estilo sobrio y contundente en aquellos artículos que este autor escribía mientras se tomaba un descanso de las novelas de Pepe Carvalho.
Francisco Umbral fue grande en Interviú como lo fue en El País. En ese semanario escribió artículos mundanos, con profusión de negritas, de lo que le pasaba a él y de lo que pasaba en las noches llenas de música y gin-tonic de la Transición entre conversaciones sobre libros y escotazos de famosas. Luego, sin dormir, Umbral se iba al Café Comercial a desayunar chocolate con churros con Enrique Tierno Galván, y allí hablaban de “la cosa municipal y espesa” que era la vida local de Madrid, y de aquella ciudad de la movida que se desenvolvía al ritmo loco del rock and roll y al ritmo trágico del último atentado de ETA.
Francisco Umbral hizo artículos, reportajes y entrevistas para Interviú hasta que un día, a finales de los 90, según él contó después, lo invitaron a comer unos directivos de la revista, y asegura que inmediatamente se dio cuenta de que era para echarlo. “Eso nunca hubiera ocurrido con Antonio Asensio a plenitud de facultades”, afirmó tiempo después Umbral. En realidad, la salida de Umbral y de otras firmas marcó el inicio de la lenta decadencia de la revista. Porque Interviú nunca consistió en el desnudo en color de una famosa o famosilla, como pudiera pensarse erróneamente, sino que fue un estilo de hacer periodismo. Porque ahora casi todo el mundo consulta el móvil para informarse. El periodismo en papel comienza a no existir. Con Interviú no desaparece únicamente una revista: es toda una época del periodismo la que se va para siempre.
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