La escritura perpetua

Vuelve Aznar

Dicen los que conocen a Aznar que nunca actúa en falso, que sus movimientos siempre persiguen un objetivo. Ahora ha realizado un movimiento brusco, inesperado, lo iluminan los focos, pero no se sabe bien lo que pretende

Aznar compareció en la entrevista con Gloria Lomana en 'Antena 3' hablando hacia adentro, como en los tiempos remotos en los que iba a plantar batalla política a Antonio Hernández Mancha por hacerse con la dirección del PP. Aznar lleva más de una semana en la que todos los periódicos hablan de él. Rajoy nunca conseguiría tal cosa y quizás tampoco lo pretenda. Aznar criticó a Rajoy en la entrevista e insinuó que en su día se equivocó cuando lo eligió como sucesor. Se trata de dos personalidades muy distintas. Aznar actuaba de inmediato, atropellaba los acontecimientos, se concedía escaso tiempo para el cálculo. Rajoy es lo contrario: deja que los problemas se enfríen, que transcurran los días, que sea lo que Dios quiera. Ambos son exponentes de dos Españas distintas. El país de Aznar se levantaba cada mañana de manera arrolladora, impaciente, en busca de hacerse más rico en su falsa burbuja de oro y de sueños imposibles, como el viajante de Arthur Miller. La España de Rajoy consiste en un lugar adormecido, resignado, que se ha acostumbrado a dejar pasar el tiempo pacientemente hasta que se llegue al final del túnel de la crisis, con una esperanza dolorida y amarga como la de los personajes de 'Esperando a Godot', de Samuel Beckett.
     Dicen los que conocen a Aznar que nunca actúa en falso, que sus movimientos siempre persiguen un objetivo. Ahora ha realizado un movimiento brusco, inesperado, lo iluminan los focos, pero no se sabe bien lo que pretende. Tal vez que el PP lo defienda -cosa que no ha ocurrido hasta ahora- ante quienes lo relacionan directamente con la trama 'Gurtel'. O quiera convertirse en un salvador de la patria. También Alfonso Guerra -político muy distinto a Aznar- ha reaparecido en el escenario con un libro de memorias que contiene polémicas confesiones. En medio de tanto ruido político, semejante a las psicofonías, ha habido quien ha concluido en que España cada vez se parece más a 'Poltergeist'.
     La vuelta de Aznar, eso sí, traería una inmediata consecuencia política de enorme calado: la cohesión interna del PSOE. El deshilachado Partido Socialista se uniría rápidamente ante el enemigo común: José María Aznar. Y si alguien llegara hablando de primarias se le diría: “Vuelva usted mañana”.
     Aznar, durante su mandato, devolvió a la derecha española la autoestima, una sensación de que ocupaba el lugar que le correspondía en la Historia. Y cumplió estrictamente con su promesa de permanecer un máximo de ocho años en la Presidencia del Gobierno. Siempre muy a la americana. Ahora amaga con el retorno. Ya lo decía Azorín: “Vivir es ver volver”.

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