Se cumple un año que el algecireño más universal de la historia nos abandonó. Este músico genial y revolucionario, hermano menor de la dinastía de los Lucía, nos dejó en una Playa como la del Carmen, en Quintana Roo, México, a los 66 años.
El que tantas veces jugó y disfruto como un niño con la arena y las olas del Rinconcillo en su Algeciras natal fue a despedirse de la maldita daga de un infarto a orillas de otros mares también corriendo con sus hijos, lleno de vida y esperando algo creativo y distinto del siguiente momento, como si fuera a abrirse la lámpara de Aladino
Y si en vida su genialidad y trayectoria en la música tuvo todo tipo de honores y reconocimientos, éstos han continuado tras su muerte en una lista que resultaría interminable y tal vez por lo cercano a nosotros, me gustaría señalar en esta breve reflexión, tres acontecimientos.
En primer lugar, la exposición “Fuente y Caudal” por ser un pequeño escaparate al escenario de su arte, humilde pero grande, como él siempre había sido y cuyo comisario su biógrafo, nuestro paisano y ese buen periodista y escritor que es Juan José Téllez ha cuidado con mimo y rigor en todo su itinerario desde su apertura en la Bienal de Sevilla hasta la actualidad en San Fernando pasando por Algeciras.
La segunda por lo que nos toca directamente y como miembro de la Sociedad del Cante Grande la concesión de la XXII Palma de Plata que otorga la misma, aprobada en Diciembre de 2013 y en vida del maestro, y entregada a su hermano, ese gran artista, Pepe de Lucía a título póstumo y la puesta en marcha de la mano de la misma del I Encuentro Internacional de Guitarra “Paco de Lucía” que en esta primera edición tuvo como invitado de honor a su gran amigo Paco Cepero.
Y para completar la terna, su hijo Curro, estrenó con el público en pie aplaudiendo desde la admiración y la emoción su película “Paco de Lucía: la búsqueda “y que después en reconocimiento a su calidad fue reconocida con el Premio Goya al mejor documental.
Podríamos habernos extendido más y haber hecho mención a la Medalla al Mérito en el Trabajo que fue entregada a su familia y que la tenía más que merecida para haberla recibido en vida , pero ni queremos hacer un detallado obituario un año después de su muerte ni a Paco le gustaba demasiado que se hablará de él.
Creo que hoy en la distancia y desde el balcón de los grandes genios desde el que nos está contemplando, verá con agrado esa iniciativa que capitaneada por Chico Valdivia y con el apoyo municipal su tierra suene a su música, o esa otra de crear un Centro Documental del Flamenco, y si nos pediría que nadie tuviera la tentación de intentar patrimonializar o rentabilizar políticamente su obra y su legado.
Debe estar en su pueblo y desde su Algeciras pertenece al mundo sin credos ni banderas, por el mero hecho de ser el mayor y el mejor guitarrista del universo. No es solo una leyenda en los libros, en las fonotecas y videotecas, es como el flamenco al que revolucionó con tu toque, Patrimonio de la Humanidad.
También les daría prisas , a tirios y troyanos para que terminaran cuanto antes esa nueva sede del Conservatorio que lleva su nombre, animaría a que mucha gente viniera a nuestra Algeciras , para que se fotografiaran en la puerta de la Calle San Francisco donde nació o ante su monumento o su mausoleo , paseara por la calle Munición o nuestra Plaza Alta, escuchara sus grabaciones en la Sociedad del Cante Grande, comprara y contemplara la cúpula de nuestro Mercado de Abastos, descubriera los bellos paisajes desde la Punta del Faro o hiciera senderismo por el cauce del Río de la Miel y al final descubriera en todo, el alma y el espíritu del más grande, PACO DE LUCÍA.
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