La historia de la Humanidad y la del Pensamiento Político y Social ha dejado claro a lo largo de los siglos que cuando un sistema no le sirve al pueblo, lo cambia. Pueden pasar décadas, incluso siglos hasta que el cambio se completa, pero cuando se inicia el proceso, no hay vuelta atrás. El pasado sábado, unos siete mil jienenses con el corazón y la razón a mucha más temperatura que los 45 grados que castigaban la ciudad de Jaén al sol, salieron a la calle para decirles, juntos al fin, lo que les vienen diciendo desde hace años individualmente, incluso en las urnas, por mucho que sus miopes argumentarios políticos quieran negarlo. A Jaén la tienen abandonada desde hace décadas, ustedes, quienes tienen la responsabilidad de defenderla, quienes la representan en las administraciones.Dirán que hay intereses políticos detrás. Pues claro que los hay. De hecho no se trata más que de eso, de poner la política al servicio de los ciudadanos, del pueblo, y no al de los partidos políticos. Por lo tanto, o se suman a esta marea imparable, tal vez lenta, pero irreversible marea, tratando de luchar por su tierra como fin en sí mismo, antes que por su asiento remunerado, o se apean, voluntariamente o a la fuerza, que quedan muchos días 17 y muchas 7 de de la tarde por vivir.
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