Ya está el centro de salud de Expansión Norte amueblándose. En pocas semanas será una realidad para 25.000 vecinos del Bulevar que llevaban años reclamándolo, junto al martillo pilón del PP de De Moya (le sobraba razón aquí). Tantos años de reivindicaciones a la Junta para que una vez que se ponga en marcha esté rodeado de una calle sin urbanizar y de un estercolero incontrolado. Y encima, como el Ayuntamiento no tiene dinero más que para pagar las 1.400 nóminas de sus empleados (los mismos que alardean que lo primero es pagar sus sueldos cuando se reclaman las fianzas por ocupar espacios municipales pagadas hace meses), los vecinos del Bulevar deberán esperar a que la Diputación Provincial convoque sus planes provinciales para urbanizar la calle Cataluña, y si hay suerte, acabar con el estercolero colindante. Y se quedan tan panchos, tanto como cuando dicen que el Paseo de las Bicicletas ha quedado bien. No debemos vivir en la misma ciudad, sin duda. La obra de la calle Cataluña es prioritaria, mucho más que lo era la remodelación del acerado de la calle Santo Reino y esas prioridades debe de tenerlas en cuenta el equipo de Gobierno del PP, porque cuando no son las camas triples y los recortes de la sanidad, es un Ayuntamiento que ni siquiera sabe discernir qué actuaciones tiene que primar por encima de otras.
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