El ferial Alfonso Sánchez se quedó pequeño el pasado fin de semana, sobre todo el sábado, con miles de visitantes que no quisieron perderse los últimos días de las fiestas de San Lucas. Hosteleros y caseteros hicieron el agosto en una feria que está siendo de las mejores de los últimos años, en cuanto a afluencia de público se refiere. Sin embargo, tanto visitante hace necesario que el Ayuntamiento comience ya a trabajar en otra ubicación para los próximos años, sobre todo, por cuestiones de seguridad. Los accesos por carretera dejan mucho que desear y la variante y el puente que une la ciudad con la carretera hacia la Guardia se convierten en una auténtica ratonera, sin operatividad alguna para la Policía y para las Emergencias Sanitarias. Además, el principal acceso peatonal, con todos los puestos en los laterales, es otra ratonera que podría dar disgustos si no se toman medidas en próximas ediciones. Está claro que la afluencia masiva solo se produce uno o dos días de la feria, pero ello no es escusa para comenzar a planificar una nueva ubicación, ya recogida en el nuevo PGOU, y evitar que la actual llamada de atención se convierta en un serio problema de seguridad ciudadana con el paso de los años.
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