Hace ya siete años que aparecieron las primeras grietas en el Conservatorio Profesional de Música ‘Ramón Garay’, que alberga también a los alumnos y profesores del Conservatorio Superior de Música de Jaén, ante la demora de la Junta de Andalucía en dotar de instalaciones a la titulación superior, cada vez más mermada en alumnos tras muchos años de lucha para conseguir su implantación en Jaén. Ahora, el miedo se ha apoderado de los padres del Conservatorio ante la delicada situación en la que se encuentran las instalaciones, con un muro de carga en la planta baja con problemas, que está provocando que las grietas se reproduzcan a diario en las aulas. Ante esta situación, en la que hay que entender a los padres de los alumnos, aunque se haya garantizado por escrito la seguridad y ya se hayan programado las obras, lo mínimo que podía haber hecho la Administración autonómica es dar la cara ante esos padres y ante los medios de comunicación, porque el informe que se les ha remitido más que tranquilizar ha inquietado aún más a los afectados. Quienes están allí a diario conocen el estado de las instalaciones y temen que algún desprendimiento pueda causar una tragedia, porque la seguridad no puede ser una cuestión de fe.
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