A última hora, antes de que comenzase el Pleno e in extremis, el alcalde y su equipo de Gobierno se sentaron con la oposición para alcanzar un acuerdo y poder aprobar así el adelanto de la Participación de Impuestos del Estado para pagar las nóminas de este verano y la paga extra. Y, ahora, tras el circo mediático y el sofocón de los empleados del Ayuntamiento, todo el mundo se pregunta si realmente era necesario esperar a unos minutos antes de la sesión plenaria a alcanzar ese acuerdo, que no busca otra cosa que soluciones estructurales a un problema al que todos los gobiernos anteriores le dieron una patada hacia delante. Y como quiera que la pelota ya no puede avanzar más, por muy fuerte que se chute, es imprescindible el consenso y que el resto de administraciones arrimen el hombro. Que el Gobierno central asuma de una vez, como hizo con las entidades bancarias, que hay un buen puñado de ayuntamientos que precisan un rescate integral sin engordar más el déficit financiero, y que la Junta de Andalucía acepte algunas de las medidas que el Consistorio lleva reclamando desde principio de año. La ciudad necesita dejar de ser rehén de una administración mal gestionada durante décadas, porque el perro lleno de pulgas al final muere si nadie le ayuda y éstas buscan otro anfitrión.
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