Hace más de una semana que debería haberse vuelto a reunir la comisión creada para el tranvía, una vez que la Junta de Andalucía accedió a arrimar el hombro en la financiación del sistema tranviario de Jaén, pero seguimos en las mismas. Llueve sobre mojado nuevamente en el tranvía y ya apenas quedan caramelos que darle a una ciudad resignada a convivir con una infraestructura que no puede usar y que la divide de norte a sur. El último caramelo fue antes de las pasadas elecciones generales y no se ha avanzado en seis meses prácticamente nada, por lo que habrá que temerse lo peor para esta nueva campaña electoral: o un anuncio digno de ser portada de la revista satírica El Jueves, o ‘rien de rien’, que estará Jaén más preocupada con la posibilidad de que el equipo de fútbol desaparezca que de montarse algún día en el tranvía. Hace tiempo que la excusa municipal de que no hay dinero no vale, toda vez que existen muchos pasos intermedios necesarios antes de afrontar la explotación. La pelota sigue en el tejado municipal, pero ahora se esconde la escalera que la Junta le dio para rescatarla. Y a todo esto, ¿qué pensarán los promotores del centro comercial de Las Lagunillas, que tienen una parada prácticamente en la puerta?
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