Nacieron malditas. Primero porque los vecinos no querían aquellas viviendas sociales en el Bulevar. Luego, porque su adjudicación fue una ‘patata caliente’ para el equipo de gobierno del PP, con Miguel Sánchez de Alcázar, que defendía que fuera la propia Junta, que las había construido, la que realizase el proceso de selección. Tras varios años con los inmuebles vacíos, el Ayuntamiento las adjudicó. Desde entonces no ha existido ningún control por parte de las administraciones y las ‘101 viviendas’ han ido pasando de mano en mano, de propietario en propietario, por tres mil euros, en los últimos casos. Ahora, la delegación de Fomento y Vivienda, con Rafael Valdivielso al frente, y con la colaboración tanto de la Subdelegación del Gobierno y del Ayuntamiento de Jaén, está dispuesta a poner fin a la alegalidad en la que se encuentran las viviendas y a acabar con la conflictividad de la zona, ‘territorio comanche’ y punto más que caliente para las fuerzas de orden público. Hay que aplaudir la iniciativa, sobre todo en la actual situación de desamparo que atraviesan muchas familias de Jaén, que en los últimos años, han perdido sus hogares. Sin duda la opción de que Cáritas se haga cargo de su posterior adjudicación también es acertada.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
