Las obras de construcción de la balsa de Cadimo, en plena campiña al norte de la capital, sacaron a la luz en el año 2011 hallazgos arqueológicos de distintas épocas, que fueron enterrados y que así siguen. Entre ellos, un dolmen que confirmó la línea divisoria de este tipo de enterramientos, a modo de cámara sepulcral, característico de la época del bronce, del cobre, e, incluso, del Neolítico.
Cuatro años después el domen sigue enterrado, aún siendo el tercero encontrado en la provincia y calificado como uno de los más importantes de la Península Ibérica. Los otros dos dólmenes están en el paraje de Otíñar y en Úbeda.
La obra se convirtió entonces en un hito desde el punto de vista arqueológico, ya que aparecieron restos de épocas como el Neolítico, el Imperio Romano o la Edad Media, además del dolmen. Entonces la intención era recuperar los hallazgos aparecidos para configurar una ruta ambiental en el futuro y ponerlos a disposición de los vecinos de la zona. Pero no hay un proyecto configurado.
Las obras de la balsa de Cadimo se encuentran al 80% de su ejecución y está previsto que a finales de año finalicen, según ha confirmado el ingeniero jefe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en Jaén, José Martín, que reconoce que el dolmen seguirá enterrado hasta que la Consejería de Cultura comunique si tiene previsto plantear un proyecto de recuperación del hallazgo. Y es que todos los hallazgos están inventariados y recogidos por la Consejería de Cultura.
La balsa se convertirá en un servicio para los regantes, pero también se planteó como un atractivo destino ambiental y turístico en la provincia. Las vistas de la zona proporcionan el disfute de una gran variedad de aves y especies vegetales. Sin embargo, hay que seguir esperando porque no hay confirmado ningún proyecto de recuperación del dolmen, aún siendo uno de los más importantes de España.
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