Sabía el bueno de Vicente Oya que el encuentro entre la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y el alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, eclipsaría la inauguración de la nueva sede de Aprompsi en la capital, sin embargo, también sabía, que en gran medida, que los usuarios pudieran disfrutar de ella era gracias a la cesión de los terrenos realizada por el Ayuntamiento de Jaén. Fue por ello que no cesó en su empeño para que el alcalde asistiera al acto bendecido por Díaz Pacheco y finalmente propició el encuentro, in extremis, entre el dirigente popular y la presidenta andaluza. “Dame lo que me tengas que dar”, dijo la presidenta al alcalde de Jaén. Para la Historia quedará la instantánea del frío saludo y gélido encuentro. Y poco más, porque pocas palabras cruzaron en su visita a las instalaciones de una asociación ejemplar (gracias a la gestión de su presidente, Vicente Oya Rodríguez) que el año pasado cumplió sus bodas de plata. El alcalde no se apeó de su estrategia epistolar y entregó en mano la carta en la que largamente ha solicitado una reunión con la presidenta socialista, pero ni uno ni otro fueron capaces de aprovechar la ocasión que se pintaba calva, para concretar un encuentro y tratar asuntos pendientes con la capital. Díaz dejó claro que difícilmente se reunirá con el alcalde y éste sembró la duda de si el orgullo y la afrenta están por encima de los intereses de los jienenses.
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