Los dos últimos años de la crisis han sido los peores para Jaén, según el informe que presentó ayer el Consejo Económico y Social de la Provincia de Jaén. Llueve sobre mojado. Es más, llueve sobre charcos llenos de agua estancada. Siete años son demasiados para que la economía de una provincia como Jaén no solo no se mueva, sino que retroceda trimestre a trimestre. En estos dos últimos años la provincia ha perdido 13.000 habitantes. Por un lado, los inmigrantes que han dejado su residencia en Jaén en busca de un empleo en otros provincias más amables (laboralmente hablando); y por otro, los jóvenes, con buena formación, que han decidido poner rumbo, en este caso, más que a otras provincias, al extranjero. Y Jaén capital no es una excepción. La ciudad presenta la mayor pérdida población interanual de toda la provincia, con 555 habitantes menos en tan solo un año. Ante esta dramática situación, no es raro, que quienes se queden, sin trabajo o en el mejor de los casos con empleos precarios de pocos meses, recurran a cualquier artimaña para ganarse la vida. Lo que se conoce como economía sumergida. Es por tanto necesario que todos hagamos un ejercicio de responsabilidad porque no hacen falta muchas luces para darse cuenta de que no estamos en el camino correcto para la recuperación.
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