Cierres, pero también aperturas en el comercio. La situación del sector comercio en la capital “no es peor que la de hace tres años”. Según el secretario general de la Federación Comercio Jaén, Bruno García, “la situación sigue igual porque la apertura de nuevos establecimientos está compensando el cierre de otros”, reconociendo que es un sector “muy golpeado” por la coyuntura socio-económica.
Las calles más comerciales de la ciudad se han quedado sin comercios emblemáticos. En pocos meses han cerrado librerías, bares, tiendas de ropa, mientras que otros escaparates cuelgan el cartel de 'liquidación por cierre', prolongando la vida comercial de estos últimos, como máximo, un año.
Los traslados de los comercios a otras zonas se están evidenciando también. Una de las causas, apunta García, es la Ley de Arrendamientos Urbanos, cuya prórroga finaliza en diciembre de este año.
A partir de enero de 2015 permitirá renegociar los precios del alquiler del inmueble. De una renta antigua baja, los pequeños y medianos comerciantes afrontarán costes actualizados y el gasto se encarecerá. “Sabemos que ha sido una de las causas del cierre de comercios que llevaban prácticamente toda la vida en el mismo lugar”, recuerda Bruno García.
El sector de las librerías ha sido uno de “los más castigados en los últimos años” y García lamenta la falta de establecimientos de este sector en la ciudad y concretamente en la zona centro. El sector de la música “también lo está pasando mal”. En los últimos meses ha cerrado ‘Gutiérrez’, ‘Cruz’, ‘Pioneros’ lo hará en breve y ‘Merkamueble’ en un año.
En cuanto a las zonas comerciales más afectadas, Bruno García valora que “va por épocas”, recordando que hay que actuar con carácter urgente en el barrio del Bulevar, el más perjudicado. Sin embargo, señala la recuperación del Gran Eje y las calles Navas de Tolosa, Bernabé Soriano y San Clemente. En cuanto a ésta última, García lamenta cómo el solar de Simago “no ayuda sino que empobrece su imagen comercial”.
Sobre el mercado ‘San Francisco’, reconoce que es un lugar que garantiza la calidad del producto pero que “tiene que ejercer más como locomotora” de la actividad comercial de la zona, señalando la necesidad de replantear su actividad.
El comercio es un sector “refugio” porque abrir un establecimiento es una oportunidad laboral. “Quien lo abre hace una gran inversión con perspectiva a mantenerlo y nunca a cerrarlo”, termina.
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