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Oh, laica Navidad

Al individuo que se le ocurrió lo de la Navidad laica habría que hacerle un homenaje porque pocas veces, en la historia de la Humanidad, se ha visto memez más grande. Bueno, quizá solo superada por aquellos que siguen su teoría

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Al individuo que se le ocurrió lo de la Navidad laica habría que hacerle un homenaje porque pocas veces, en la historia de la Humanidad, se ha visto memez más grande. Bueno, quizá solo superada por aquellos que siguen su teoría.

Pero vamos a ver, panda de listos. La Navidad es la celebración del Nacimiento de Jesucristo. Pónganse como quiera, denle todas las vueltas que quieran al solsticio de invierno, a las luces y a las compras que Navidad es Navidad en todas las partes del mundo.

Que no les guste que Jesús naciera y que se celebre semejante hito histórico mundial. Para gustos los colores, desde luego. Lo que no pueden pretender es cambiar la historia porque a ustedes les parezca mucho más moderno.

Criaturitas, si la Navidad es el Nacimiento de Jesús, ¿cómo pretenden hacer una Navidad sin Nacimiento de Jesús? Pues como tantas otras ocurrencias que tienen ustedes para ocultar la hipocresía y la falta de coherencia y sustento de su discurso ideológico.

Yo puedo entender que no les guste el sentido de la Navidad. Hablen claro. Propongan que no se celebre más que en la intimidad familiar y personal. Propongan que la Navidad no sea festivo ni se celebre. Entonces, tendrán credibilidad y, al menos, parecerán serios. Propongan eliminar los alumbrados de Navidad, las cabalgatas de Reyes, los días festivos y todo cuanto tenga que ver con la celebración pública del Nacimiento de Dios.

Sean valientes y no hipócritas. Al menos, sean coherentes y no jueguen con falsas ideologías ni mucho menos con los niños. El colmo de las carajotadas viene en el invento de 2015: las cabalgatas laicas.

Almas de cántaros, si los Reyes Magos son tan personajes bíblicos como el resto que ustedes odian. Si lo que se celebra es cuando fueron a llevarle los presentes al Niño Jesús que ustedes quieren borrar. ¿Qué hacen entonces montando cabalgatas?

Estamos, desde luego, ante uno de los momentos más delicados de la existencia del ser humano porque, casi por primera vez, está empezando a dejar de tener las características que separan al ser humano del animal y de la planta.

Qué lástima hasta dónde están algunos intentando estirar una inconsistente ideología disfrazada de social tan vacía de principios, de valores sólidos y de un mínimo de coherencia.

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