El próximo domingo, por segundo año consecutivo, muchos profesionales de la comunicación, acompañados por su audiencia y por la sociedad malagueña, correrán para defender la libertad de prensa y ejercicio del Periodismo, un oficio imprescindible en cualquier sociedad democrática. Hace unos días leí en una red social un mensaje de un alumno que, al ver el cartel del evento en la facultad, insinuaba algo así como que la profesión está para salir corriendo y que eso parecía simbolizar la carrera de la prensa.
Es cierto que no son buenos tiempos para el periodismo. La crisis económica golpeó con fuerza a la profesión y en los últimos años el Periodismo ha pasado de soportar un alto índice de intrusismo profesional a la precariedad laboral y de la precariedad al paro, hasta llegar a la situación actual, en la que la estabilidad y los problemas de independencia centran los principales problemas para una profesión imprescindible para el buen funcionamiento de cualquier democracia, porque la credibilidad de la información se resiente. Y por si fuera poco, las constantes luchas ideológicas y comerciales entre las grandes corporaciones de medios han acabado erosionando sus cuentas y, lo que es peor, la reputación de la profesión.
Desde 2002, la confianza en los medios ha caído más de diez puntos en Estados Unidos, según un estudio que realiza PewResearch Center cada dos años, y la mayoría de los americanos (89%) consideran que las falsas noticias están sembrando confusión entre la población, En España tampoco estamos para tirar cohetes. Según un informe realizado por la Universidad de Oxford, publicado por el Instituto Reuters, en 2015, los medios de nuestro país eran lo menos creíbles de Europa y los segundos en el mundo, solo superados por los norteamericanos. Para reflexionar, porque si a los medios, a los periodistas, le quitan la credibilidad, ¿qué les queda?
Los periodistas deben reivindicar su labor día a día. Y la sociedad debe reclamar una información de calidad. Y las asociaciones de la prensa deberían denunciar con voz alta y clara las malas prácticas y las noticias falsas y velar por el cumplimiento de la ética profesional, algo que debe trabajarse más en las facultades de Comunicación. Por esas razones, correr juntos es lanzar un grito más por la libertad de prensa.
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