Hueste

Limasa, un capítulo más

No obstante, quedan algunas preguntas en el aire, que todavía muchos nos hacemos

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El debate sobre Limasa va camino de superar a cualquier culebrón televisivo. En capítulos ya no le ganan ni Arrayán, ni Gran Hermano, ni El secreto de Puente Viejo… Y abril está ahí.

La comisión de investigación sobre la empresa de limpieza se cerró con un debate pendiente: la gestión pública o privada del servicio, algo en lo que toda la oposición, menos Ciudadanos, coincide. El PP no desvela del todo su posición, pero De la Torre, que se ha marcado los próximos días para tomar la decisión, ha propuesto al comité de empresa que, si quieren integrarse como trabajadores públicos, deben renunciar al derecho de los puestos hereditarios, y ajustar la remuneración a la reducción del absentismo y la cantidad y la calidad del trabajo. La respuesta, en el siguiente capítulo de la serie. La propuesta del alcalde parece razonable. ¿Qué hará el alcalde si los trabajadores aceptan?

No obstante, quedan algunas preguntas en el aire, que todavía muchos nos hacemos, como por ejemplo, por qué se eliminaron servicios recogidos en el pliego de condiciones sin informes de asesoría ni de intervención; por qué se desviaba personal de los barrios a la limpieza de las playas si esto suponía el abandono de otras zonas de la ciudad; por qué se incluyeron algunas partidas en la compensación económica en casos que no se debía, por qué no se escuchó a los trabajadores cuando en 2015 denunciaron un incumplimiento de contrato que obligaba a la prestación del servicio de limpieza viaria, recogida y transporte de residuos sólidos urbanos, así como de su valoración tratamiento selectivo y eliminación; o por qué durante este tiempo no se ha renovado en condiciones la flota de vehículos…

De nuevo el debate se centra ahora, porque además toca, en el futuro de la gestión de los servicios.  Y aquí las preguntas que están por resolver son cómo asegura la oposición, si la municipalización supondría un ahorro de más de 10 millones de euros al año y si el Ayuntamiento tiene capacidad para gestionar el servicio de limpieza. Otras ciudades, en las que con frecuencia nos miramos, según para qué, lo hicieron. El actual contexto político en la Casona debería ayudar y no restar.

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