Las aguas bajan revueltas en el grupo industrial gaditano Carbures tras la abrupta salida de José María Tarragó, exconsejero delegado, como consejero de la empresa. Tras ello, su desvinculación ya es total. El directivo catalán fue cesado en la junta general del pasado día 27 de enero, en un movimiento no recogido inicialmente en el orden del día aprobado para esa junta en diciembre. ¿Qué ocurrió?
Inicialmente se interpretó, como hizo este medio, que la salida de Tarragó estaba impulsada por el presidente ejecutivo Rafael Contreras, que le cedió el cargo en diciembre de 2014 y retomó sus poderes ejecutivos un año más tarde del propio Tarragó. La llegada, además, de un nuevo consejero delegado, Ricardo Rey, llevó a interpretar que ambos directivos habían decidido prescindir de quien había ostentado el poder en el último año. Pero no fue así.
Ha sido el fondo Black Toro Capital (BTC), que entró en Carbures como accionista el pasado año y es uno de sus financiadores, quien pidió el cese de Tarragó como consejero y quien en última instancia ha impulsado el cambio en la cúpula ejecutiva de la empresa. Fuentes conocedoras de la situación -oficialmente desde Carbures no se ha querido opinar sobre este tema- señalan que BTC estaba descontento con el desempeño de Tarragó en el ámbito financiero, no tanto en el operacional de control del negocio.
El plan estratégico de Carbures a 2017 incluye inversiones de hasta 50 millones para levantar dos nuevas plantas productivas en Illescas (Toledo, para piezas aeronáuticas en fibra de carbono) y Gerona (prototipos e ingeniería de composites); y para mejorar las plantas de Harbin (China) y Greenville (EEUU). Y Black Toro es clave en la financiación de este plan: aportó 30 millones en 2015.
Agradecimiento
El propio Rafael Contreras, recalcan las citadas fuentes, marcó distancias con esa postura crítica de BTC -que ya se venía manifestando a final del año pasado- cuando reconoció que Tarragó había desempeñado “un papel muy relevante para la compañía en unos momentos muy complicados”.
Unas palabras que aparecen recogidas en la nota de prensa que el 16 de diciembre pasado anunció el nombramiento de Rey como sustituto de Tarragó y la asunción de nuevo de responsabilidades ejecutivas por parte de Contreras. Pero en esa nota nada se anticipaba sobre la salida total del grupo acaecida en la junta celebrada un mes después.
De hecho, el resultado de la votación en el resto de puntos del orden del día de esa junta del 27 de enero fue de aprobación de todos ellos con porcentajes de voto por encima del 95%. Sin embargo, el cese de Tarragó como consejero aunó sólo al 55,1%. En total, asistieron a esa junta socios que representaban el 39% de todos los títulos de Carbures que cotizan en el índice MAB. Es decir, que la destitución de Tarragó se sustentó en algo más del 20% del capital total de la empresa.
La reestructuración de la cúpula de Carbures ha incluido hasta ahora no sólo los movimientos en torno a Contreras, Tarragó y Rey, sino también la llegada a la presidencia del comité de estrategia de Domingo Ureña, presidente de Airbus en España durante seis años.
El grupo gaditano, centrado en ingeniería y fabricación de piezas y elementos estructurales para los sectores de aeronáutica, automoción y obra civil, afronta ahora una etapa de crecimiento, según las previsiones. Este año facturará 133 millones, desde 78 millones de 2015, cifras que deberán corroborar las cuentas que se conocerán en este cuatrimestre (el plazo máximo para presentarlas es final de abril, según exige el MAB).
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