“Muchos son los halagos y reconocimientos dirigidos a la Guardia Civil por parte de la sociedad española, las instituciones y los medios de comunicación. Sin embargo, la institución más valorada por los ciudadanos (según el último barómetro del CIS) también tiene un lado oscuro que debe conocerse, y es el que afecta a los derechos de sus trabajadores, que todavía hoy se ven forzados a llevar a cabo su actividad en unas condiciones laborales más propias de un estado dictatorial y represivo que de una democracia”.
Con esta rotundidad comienza un comunicado remitido por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) para anunciar el inicio de una campaña que busca denunciar lo que la sociedad no ve de la Benemérita. Como dice el tan sabio refranero español: “No es oro todo lo que reluce”.
La AUGC señala que a la “falta” de derechos se une “la carencia de medios básicos para la seguridad” de los agentes, que los guardias civiles son “los policías peor pagados de España” y una estricta jerarquía con un Código Penal Militar que es “una de las herramientas represoras más poderosas que se aplican contra los guardias civiles”.
Todo esto se puede extrapolar a la provincia onubense, según explican desde la AUGC-Huelva, donde, por un lado, la “falta de materiales” es más que latente. “El último ejemplo es la falta de chalecos personales antibalas para las agentes, que tienen que usar los chalecos de hombres, de los que tampoco hay suficientes, de modo que algunos agentes tienen que usar chalecos sin placas”, indican a Viva Huelva.
De otro lado, la “falta de personal” es otro problema endémico de la Guardia Civil en Huelva, lo que provoca “mucho estrés a los agentes, que tienen que cubrir demarcaciones muy grandes”.
Diferente vara de medir
Por último, también lamentan la rigidez del cuerpo y la diferente vara de medir según el rango o jerarquía. “La prueba es que el capitán de Ayamonte está imputado y sigue trabajando, y dando órdenes que como poco, son chocantes”.
Desde la AUGC denuncian también los “limitados” sueldos que reciben, un “tema sangrante” que se agudiza en verano con las fiestas estivales, en las que “otros cuerpos reciben sobresueldos mientras nosotros, que nos hacemos cargo de la seguridad ciudadana, no tenemos ninguna recompensa”. “Somos la Policía más barata del mundo”, añaden.
Por todos estos motivos, han lanzado una campaña en las redes sociales con el hashtag #caraocultaguardiacivil.
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