Huelva

Jesuli no enviuda su valentía

El primer pasodoble de 'Las viudas alegres', impresionante, al más puro estilo Jesuli, reivindicando su puesto en la final en una noche en la que también destacó la afinación de 'La isla mágica', la frescura musical de 'La hermandad' y el bello canto a la libertad de 'La comuna'

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  • Las viudas alegres -

La isla mágica

La comparsa de Fran Sosa llega con fuerzas renovadas a las semifinales. Vaya tela, qué manera de cantar en la presentación. Mágica. Cómo suena este grupo. En el primer pasodoble, letra fresquita. Es de agradecer. La trama de los bebés robados y una poética invitación al infierno para la reciéntemente fallecida Sor María. En el segundo, al cuello del deseo independentista catalán, pero haciendo un bello paseo por las virtudes andaluzas y cerrando con la sangre y el sol de los colores de la bandera española. Gran letra. Lo poco que se gastan los sevillanos en verano, para el primer cuplé, y en el segundo para la reelección de Obama como presidente de EEUU y lo bien que quedaría como alcalde de Isla Cristina. Ritmazo de estribillo. Y ritmazo de popurrí para cerrar un sobresaliente pase de semifinales.

Los sereníssimos

La segunda edición del cursillo de verano en el Juan Sebastián El Cano comienza con la jura de la bandera gay. En el primer pasodoble, estilo desenfadado para ironizar sobre las operaciones de Belén Estebán y su puesto vitalicio en televisión. En el segundo, hacen el amor con todas las partes del Gran Teatro. Original letra, con 'tirito' final contra la hiopocresía carnavalera. En los cuplés, fiesta desenfrenada en los camarotes y hacen aparecer al verdadero padre de los niños de la chirigota de El Molino. Pamplinas serenísimas con buen ritmo en el popurrí. Ha faltado factor sorpresa.

El barquero del infierno

"Tan sólo la muerte te hace inmortal". Con un pelín de esfuerzo para coordinar el inicio, la presentación va cogiendo forma con la fuerza de un buen verso. Llamada a que Huelva, su Carnaval, se valore más a sí mismo más allá de la admiración por lo que se hace en Cádiz. Letra directa, sin cortapisas. Parte del público en pie. En el segundo, aprovechando el tipo, emotiva letra a Ruth y José (para el que le guste la tragedia en Carnaval, que no es mi caso). Un viaje "al sur del inframundo" con tono tenue, muy al tipo, para defender un popurrí cargado de reivindicación en su letra y versos bien medidos. El repertorio supera a la representación.

La hermandad

El Bob Marley más carnavalero toma el escenario del Gran Teatro. Ritmo alegre en la presentación. De nuevo, piropo a Andalucía para atacar el deseo soberanista catalán. Musicalmente alegre, muy al tipo. En el segundo pasodoble, al cuello de la clase politica y monárquica. "Ni populares ni socialismo, aquí pagamos siempre los mismos". Pedazo de letra. Cuplés. El desengaño que se llevaron con los regalos de reyes y los carajazos del rey. Muy bien. Estribilllo con final chirigotero. Muy bien (otra vez). Para el popurrí, un baño con agua de coco manteniendo la alegre propuesta musical y bien en el verso. "La conciencia es la condena de quien la tiene vendía". Un popurrí pa bailarlo. Están en semifinales por algo. Muy bien (y ya van tres).

Las viudas alegres

Las viudas de Jesuli llegan con la misma fuerza de siempre, con unos pasodobles (es su fuerte, su fortísimo) directísimos. El primero, a la mala educación de algunos carnavaleros con los grupos de Cádiz en la gala del Carnaval. Genial. El segundo, al cuello de la Iglesia, y a la carta que un sacerdote escribió justificando el maltrato a ciertas mujeres. Buenísimo. En los cuplés, destacó el guiño en el segundo a las niñas de Raúl Barneto, que con la comparsa Pesadilla (y sin ella) están "toas de miedo". En los popurris, las viudas se acaban de desmelenar en un derroche de energía interpretativa para dejar claro que su próxima fiesta tiene forma de gran final.

La comuna

¡Libertad, libertad, libertad...! Las paredes del Gran Teatro, grabadas para siempre con el eco de la comparsa de Pedro Suárez. Qué bien cantada la presentación. Verso claro y claro cantado. Vaya letra bonita en el primer pasodoble para contar una historia que sirve para poner en valor la importancia de una madre. Gracias. Puñetazo en la cara de Bretón, en el segundo. Buen verso (pero para el que le guste la tragedia en Carnaval, a mí no, ya lo he dicho antes) con alegato final la pena de muerte para casos como el de los pequeños Ruth y José. Cuplés. Primero, para lo difícil que lo tienen para 'mojar' en la comuna con tan pocas mujeres. Segundo, a las conjeturas del Papa con los reyes magos onubenses. Pasables. Una parcela con vistas al mar para acomodarse en un popurrí altamente musical, implicado en la letra, muy valiente y reivindicativo, tomando riesgos en lo vocal y dándolo todo para posicionarse como finalista. Ojo con la comuna.

 

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