Y ahora quieren que entre todos

Es muy triste observar cómo la mecánica de protección está para que la desguacen, y que los ciudadanos comunes sean los que tengan que hacerse cargo de situaciones marginales producto del despilfarro y la mentira de esta crisis premeditada

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El programa se llama ‘Entre todos’, un nombre que ni pintado para metaforizar el estado de abandono que está sufriendo esta España descolorida y enferma. El nuevo formato de la sobremesa de la televisión pública es un fiel retrato del despropósito y la calamidad, y una magnífica manera de desnudar, otra vez, el cúmulo de obscenidades que está llevando a España a la indigencia social. Es bueno saber que buena gente hay, y al puñado. Pero eso yo ya lo sabía. Pero es muy triste observar cómo la mecánica de protección está para que la desguacen, y que los ciudadanos comunes sean los que tengan que hacerse cargo de situaciones marginales producto del despilfarro y la mentira de esta crisis premeditada. Con el escaparate de la cara amable, la voz suave y la exagerada simpatía de Toñi Moreno -que lo que viene siendo a mí me empalaga una ‘jartá’-, la tele que pagamos entre todos quiere dar una lección de solidaridad, altruismo y sensibilidad haciendo de la caridad un espectáculo a la hora de la audiencia que sestea. Sí, entre todos. Entre todos, parece ser, que tenemos que arreglar el desaguisado de la poca vergüenza. Entre todos tenemos que dar cobijo a las víctimas de la catástrofe moral del neoliberalismo y que los neoliberales sigan a lo suyo. Entre todos tenemos que amparar a los más perjudicados de un sistema incapaz y ruín. La sociedad del espectáculo llevada al extremo para que entre todos hagamos lo que el sistema ni quiere ni sabe hacer. Para que con un poquito de por aquí y otra migaja de por allá, al espectador más permisivo se le erice el vello de emoción para ver si con la lágrima fácil se le olvida que vive en un país incapaz de dar cobertura a los más desprotegidos; en un país con una ley de dependencia bloqueada, la sanidad enferma y la educación a lo justo por si las moscas. En un país de ideas secuestradas y emigradas, con casos extremos de personas que ni olieron las ganancias, que están muriendo en vida y que sufren la cruel estacada de la socialización de las pérdidas. Eso sí. Nos quieren meter por los ojos lo solidario que somos acompañando el café con situaciones sangrantes. Será que mal de muchos, consuelo de tontos. O más bien será que lo que entre unos cuantos golfos han ido destruyendo, ahora quieren que lo reconstruyamos entre todos y que vea la opinión pública la de buena gente que hay dentro de este malvado sistema orquestado por dirigentes sin corazón.

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